
El diseño del centro ha quedado en manos de diferentes profesionales. Así, del diseño museográfico se ha encargado Sara del Hoyo; el diseño gráfico es obra de Valvanuz Venero (Valmondo); el diseño de ilustraciones infantiles es de Raquel Ordóñez lanza y el responsable del soporte fotográfico, César Rodríguez.
Tras un proceso duro, además complicado por la pandemia, el resultado final del GUIMA es mejor pago a tantos meses de trabajo que, por otra parte, han servido también para ahondar más aún en el conocimiento del patrimonio inmaterial propio.
Con el nuevo Centro de Interpretación se pretende dinamizar la actividad sociocultural del municipio, apoyándose en el Antruejo, que es el mayor recurso patrimonial de la zona, referente provincial y nacional. El GUIMA ofrece una visión global de la fiesta del Antruejo en el municipio de Llamas de la Ribera desde sus orígenes más remotos hasta la actualidad, con un gran soporte documental y fotográfico (en el que han participado profesionales tan prestigiosos como Cristina García Rodero, Pascual Marín Marina, Carmenchu Aleman, César Justel o Jon Quintano, entre otros).
La muestra cuenta con cerca de 200 piezas. Se trata de elementos únicos y originales (mázcaras, caretones, abarcas, cintas de seda,...) y destaca, dentro de la exposición, el apartado dedicado a los 30 años de historia de la Asociación y una zona dedicada a los más pequeños, al futuro. Ya que uno de los cometidos de la Asociación es transmitir la tradición de generación en generación y, así como enseñar el antruejo a niños y jóvenes de colegios e institutos, como el IES Ordoño II y el CEIP La Palomera de la capital, donde han estado estos días explicando las particularidades de la fiesta.
La apertura del GUIMA, en pleno Antruejo, es para todos los vecinos la mejor manera de celebrar estas tres décadas de trabajo, conservación, investigación y divulgación del Patrimonio Cultural Inmaterial del municipio de Llamas de la Ribera, que engloba las localidades de Villaviciosa de la Ribera, San Román de los Caballeros, Quintanilla de Sollamas y el propio Llamas.