Lamelas da ya por "perdido" poder retomar la actividad en La Escondida

El empresario minero confía en que los trámites para poner en marcha una segunda explotación en la zona de Laciana se agilicen

Rosa Álvarez
12/01/2019
 Actualizado a 15/09/2019
Interpreta la falta de respuesta como un ‘no’ a devolver las ayudas a plazos. | ICAL
Interpreta la falta de respuesta como un ‘no’ a devolver las ayudas a plazos. | ICAL
No tiene una respuesta, un no definitivo, pero la falta de noticias hace que el empresario minero Manuel Lamelas Viloria se «rinda a la evidencia» y dé ya por «perdido» poder retomar la actividad en La Escondida, en Caboalles de Arriba (Villablino). El Ministerio para la Transición Ecológica le había dado una fecha tope –en teoría– para confirmarle si podía o no devolver con cierta flexibilidad las ayudas percibidas por la explotación durante el periodo 2011-2018. Esa fecha era el 8 de este mes y, pasados ya varios días desde entonces, la falta de respuesta la interpreta como un rechazo que lamenta «profundamente». Son algo más de 8 millones de euros los que debía entregar en el caso de querer seguir explotando La Escondida, una cantidad que Lamelas Viloria advirtió en su momento que no podía pagar de golpe, aunque sí a plazos mientras la mina –la última de carbón en cerrar en León y en Castilla y León (lo hizo a finales del mes de diciembre)– se mantuviera en activo.

Su planteamiento obtuvo la comprensión del Ministerio, que le prometió mediar en lo posible para que pudiera obtener ese plazo para mantener la actividad y el empleo, pero Lamelas Viloria entiende que no basta solo con buena voluntad y que, si no tiene noticias a día de hoy, será porque éstas no van a ser buenas. «El Gobierno tenía la intención de echarnos una mano, pero esto no depende de él y tenemos que rendirnos a la evidencia. La disposición era buena, y es buena, pero claro, la solución a nuestro problema no la tiene solo un Ministerio», dijo. También entendió que una respuesta que se incline a su favor requiere «un tiempo y un estudio», pero la empresa y los trabajadores precisan justo lo contrario, agilidad para poder retomar el trabajo cuanto antes.

‘Plan b’


Por ello, el empresario minero tiene ya puesta la mirada en su ‘plan b’, en poner en marcha una explotación cercana a La Escondida, en Laciana, en la que partir de cero. El proyecto está presentado en la dirección general de Energía y Minas desde el año pasado y Lamelas Viloria afirmó que «sigue su tramitación normal, ya salió a información pública y estamos a la espera del visto bueno definitivo». Mientras éste llega, la empresa, Hijos de Baldomero García (HBG), se ha quedado «con 18 trabajadores» en plantilla que se encargan de las labores primero de mantenimiento y después de restauración en La Escondida. Según dijo, tienen un margen de tres años para sacar material, limpiar el exterior, las escombreras, tapar agujeros y, en definitiva, restaurar todo el terreno que ocupaba la mina. Unas labores para las que indicó que no precisan más que ese ajustado número de empleados.

No obstante, advirtió que en el momento en el que puedan comenzar a trabajar en la nueva explotación, a extraer carbón de ella, sí que tendrán la necesidad de contar con un mayor volumen de trabajadores, por lo que confió en que los trámites para poder arrancar «se agilicen». «A medida que vayamos teniendo las autorizaciones se irán incorporando trabajadores al ritmo que se vaya marcando, aunque ahora mismo es imposible hacer una aproximación de plantilla ni de fechas porque no sabemos nada», reconoció Lamelas Viloria.

Sin térmicas, nuevos mercados

Respecto a cómo se plantea el futuro ante el escenario actual de cierre de las centrales térmicas –el principal cliente hasta el momento de las empresas mineras– Lamelas Viloria señaló que «para nosotros era muy cómodo» trabajar con ellas porque «te cogían todo el carbón». Sin embargo, no percibió esta situación como un grave problema y apuntó que ahora lo que tendrán que hacer es empezar «a buscar nuevos mercados, que los hay. Simplemente es un cambio en nuestro esquema de ventas». El empresario subrayó que cuentan con «algo» de carbón en stock y mantienen conversaciones «con cementeras y otros posibles clientes», si bien hasta ahora no hay ningún trato cerrado porque están a la espera, y hasta que no sepan a qué atenerse no podrán tomar decisiones concretas (cuándo se podrá comenzar a explotar el nuevo proyecto, o si surge el milagro y pueden devolver las ayudas a plazos y mantener en activo La Escondida). Aún así, sí que confían en seguir trabajando y creando empleo en la zona de Laciana.

Los últimos del carbón

Los últimos trabajadores de la mina de La Escondida –los últimos mineros de carbón en León y en la comunidad autónoma– recibían el pasado 28 de diciembre la carta de despido (en ese momento se dijo que sólo 12 conservarían su puesto de trabajo para labores de mantenimiento). Lamelas Viloria mostraba su confianza entonces en poder recuperar a la plantilla en el caso de poder devolver las ayudas a plazos e inclusoaumentarla si la cosa iba bien y la situación lo requería. Pese a esto, ya tenía en mente ese ‘plan b’, esa nueva explotación que pretende poner en marcha cuanto antes junto a La Escondida. Los despedidos fueron algo más de medio centenar de mineros. Además de Hijos de Baldomero García, otra empresa de Aragón, Sanca, había mostrado al Ministerio su interés por continuar trabajando si finalmente se lograba tiempo, la posibilidad de devolver las ayudas recibidas a plazos. Parece que no será fácil.
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