javier-callado-2.jpg

Labores de alcalde

07/02/2019
 Actualizado a 09/09/2019
Guardar
Ser alcalde de la ciudad de León es una actividad aparentemente tumultuosa y desordenada, pero que en realidad tiene cometidos extremadamente claros. La actividad municipal urbana se vuelca en 3 vertientes generales: la conservación de la ciudad en sus bienes materiales e inmateriales (actividad social), la mejora de la ciudad con obras y nuevos espacios, y la proyección hacia el exterior como espacio de liderazgo en el que se mira un territorio.

La conservación de León es mala actualmente. La decrepitud de su casco antiguo, desconchado y sucio, la multitud de bajos vacíos, plagados de grafitis, el pavimento roto y desigual, la escasez de mobiliario urbano en barrios o el descuido en los parques y en la poda de los árboles hablan de una ciudad con alto grado de abandono.

En el apartado de mejoras de la ciudad León es deficiente. Obras como Ordoño II o la plaza del Grano no aportaron gran cosa. Otras transformadoras ya en marcha, como Feve, la integración del ferrocarril o el Palacio de Congresos siguen incompletas o no operativas. Una comparación con otros nodos cercanos (Valladolid, Oviedo o Santander) traslucen que en los últimos años León no acometió la modernización y se ha estancado.

Un aspecto fundamental es que las ciudades son centros de referencia de los territorios circundantes. En ellas se concentran actividades económicas, culturales y de innovación. Depende de que esas urbes ejerzan el liderazgo para que se conviertan en núcleos de influencia más o menos lejana. Que ciertas comarcas leonesas del norte tengan como referencia Oviedo, o Valladolid en el sur es traducción de la falta de liderazgo del alcalde de León. La ciudad podría ser el centro desde el que se reclamasen las comunicaciones norteñas, donde se propusiesen las acciones sobre el noroeste ibérico o donde las sedes empresariales viesen una ventaja geoestratégica voceada desde la institución.

¿Y qué efectos tienen esas carencias? Que la ciudad tenga 124.000 habitantes (20.000 menos que hace 22 años) y siga bajando deprisa. Que las comarcas más alejadas no vean en León una ciudad líder y que sus habitantes se muden a otras urbes. Pasa que la actividad económica cada vez es más débil, que hay menos trabajo, que las élites locales se vuelven alicortas, que no existe capacidad de propuesta y respuesta ante lo que se dice en otras urbes competidoras o que los eventos, que pierden el abrigo público y popular, desaparecen, se atenúan o se van a otros lugares. Por eso saber quiénes van a ser los candidatos a alcalde es crucial para ver si nos encontramos ante tipos con coraje, capaces de dar un giro histórico a esta ciudad.
Lo más leído