La zona catastrófica

Por más que la nevada que ha sufrido la capital de España sea "histórica", por más que haya vuelto a demostrar su incapacidad para luchar con la propia naturaleza, las peticiones de ayuda por parte de sus autoridades resultan especialmente hipócritas

La simple solicitud de esa declaración es un agravio para zonas que no necesitan catástrofes para serlo
13/01/2021
 Actualizado a 13/01/2021
Eran mediados del pasado siglo XX cuando en Barcelona se produjo una nevada que sí que, sin la necesidad de llenar titulares, se podía calificar de histórica. La ciudad se colapsó, como es normal, y para solucionar los numerosos problemas de movilidad (aunque por movilidad no se entendiese exactamente lo mismo que hoy) el Principado de Andorra envió sus quitanieves a limpiar las calles de la capital catalana. Para ello se tuvieron que poner de acuerdo un alcalde que obviamente era franquista con un dirigente republicano, pero, a pesar de los tiempos, a pesar de las necesidades, eso no fue un problema porque la situación de los ciudadanos estaba por encima de cualquier régimen y de cualquier ideología. Hoy que las ideologías, salvo en contadas y por lo general descerebradas ocasiones, han desaparecido casi por completo de nuestro panorama político, resulta poco menos que inimaginable que dos dirigentes de distintos partidos sumen esfuerzos en lugar de marcar perfil y hacer el ridículo en sus intervenciones públicas, en las que no puede ocultar ni su mediocridad ni su incompetencia. Pasa con la solicitud del alcalde y la presidenta de la Comunidad de Madrid de que se declare zona catastrófica a la capital de España, algo que sólo con pensarlo supone un agravio para los territorios que, como los de esta provincia, no necesitan catástrofes para serlo.
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