jose-alvarez-guerrab.jpg

La Yenka de Ordoño II

11/09/2020
 Actualizado a 11/09/2020
Guardar
Creo que todos los que peinan canas, lo que no es mi caso porque, como bien se ve en la cabecera, mucho pelo no tengo, se acordarán de la Yenka (cohetánea del twist, el mádison y otros bailes de época),una canción que dos hermanos holandeses, Johnny and Charlie, popularizaron en el año 1965: un bombazo de ventas que se bailaba en cualquier guateque, baile social, boda o festejo.

Se hacía en grupo, cual coristas de revista, y no es que la canción fuera un dechado de imaginación (en realidad fue la única canción que los autores vendieron, y cómo de bien la vendieron).

Además la letra era de lo más sesudo, pero, mira por donde, parece que la hubieran escrito para definir el caso de nuestra calle Ordoño II. El estribillo decía así:
Izquierda, izquierda
Derecha, derecha,
Adelante, atrás
Un, dos, tres

Ordoño II, la calle principal de la ciudad, nuevamente en obras, en uno más de los vaivenes, izquierda, izquierda. Derecha, derecha, adelante, atrás. ¿Cuántos millones de las antiguas pesetas o cientos de miles de los actuales euros se han enterrado ahí? ¿Uno, dos, tres?

Empezó la cosa a finales del siglo pasado, en 1998 o así. Se levantaron aceras y calzada para ponerlas de granito, al igual que la Calle Ancha, la plaza de la catedral y la de San Marcos, un proceso de enriquecimiento visual, para poner en valor, muy en boga en aquellos momento tanto en España como en Europa. Además, como este país ha sido y es (esperemos), uno de los mayores, sino el mayor productor de granito, pues miel sobre hojelas. Gran contento para todos, fabricantes, colocadores y público en general. No se cumplió el proyecto inicial por problemas técnicos, pero se logró el objetivo.

Pero hubo problemas con el adoquinado, la flexibilidad del suelo (era el techo del aparcamiento), y se metieron otros millones en ponerlo, digamos, bien.

Luego empezó la batalla de la peatonalización, semi peatonalización, o lo que se quiera, y se asfaltó la calzada. No soy enemigo de peatonalizar, que bastante acoso del automóvil (y otros diversos vehículos) tiene el peatón, pero sí lo soy de peatonalizar por moda, porque sí, o porque lo llevaba en mi programa electoral, la muletilla que se saca cuando no hay realmente otra, como si eso ya fuera la santificación de la decisión, y mira que se ponen cosas en los programas electorales, que luego se dejan, se cogen, se modifican, o, simplementeolvidan. A ‘según’.

Ordoño tenía, unas aceras de siete metros y una circulación bastante ligera, no era la calle Ancha, con aceras estrechas y bastante circulación de coches. Y sigue teniendo esas hermosas aceras que permiten un uso sin restricciones.

Pero bueno, que si sí, que si no… se asfaltó.

Luego después se reasfaltó, se perfiló, se redibujó, se regaló a bicis, patinetes y servicios propios (los residentes) y ajenos (transporte público y otros). Más dinero.

Y ahora nos gastamos cuatrocientos mil euros en peatonalizar. Pues bueno. Y en ponerla en colores, como si no hubiera en la ciudad cosas más necesarias en las que aplicar esos fondos,como por ejemplo seguir mejorando la red de saneamiento, que, cuando llueve, los sótanos se siguen inundado y más de una calle también. Pero claro, eso no se ve. Si acaso se sufre de vez en cuando, y pelillos a la mar. O al Bernesga. Y más cosas. Pregúntenles a los barrios.

No es la primera vez que doy mi opinión al respecto y repito lo que ya escribí: no entro en la calidad artística ni estética, pues no conozco el proyecto, solamente lo que aparece en los medios, y eso no es suficiente para opinar, sino en profundidad, al menos con conocimiento, pero no es, ni con mucho, el momento oportuno, como si fuéramos la ciudad alegre y confiada y aquí no pasara nada (y vaya si pasa).

Eso sí, saldremos en los telediarios de todo el país el día de la inauguración, y una semana después, si te he visto no me acuerdo. ¿Alguien recuerda en qué ciudad se pintaron los pasos de cebra con el arco iris en homenaje al día del orgullo gay y qué más se volvió a hablar de aquello?

En fin. Nuevo vaivén que confirma el premonitorio estribillo de la canción.

Pero claro, el dinero público no es de nadie (vicepresidenta ‘dixit’). Lo siento, es de todos, que de nuestros bolsillos, de una u otra manera, ha salidos, y esa es, al menos, una importante razón para ser cuidadoso en su utilización por parte de nuestros administradores públicos.

¡Pero qué cosasdigo!
Lo más leído