La Virgen sí se apareció... pero al Valencia

Final terrible después de que la Cultural hiciera méritos para un segundo milagro, pero ganó el tópico de que los penaltis son una lotería y ésta tocó otra vez en Valencia

Fulgencio Fernández
30/01/2020
 Actualizado a 30/01/2020
Gudiño se zafa de un rival. | MAURICIO PEÑA / SAÚL ARÉN
Gudiño se zafa de un rival. | MAURICIO PEÑA / SAÚL ARÉN
«Creer en Dios dos veces en la misma semana ya me supera», argumentaba Tapabraguetas cuando le pedían que fuera a misa el día de Viernes Santo y que volviera a celebrar el domingo de Resurrección. El argumento era válido para el partido de ayer, en la misma semana de la gloria sabinera y colchonera.

- ¿Cuántas veces se le apareció la Virgenal mismo pastor?; le preguntaba Colás el de Mansilla a don Domingo el cura, muy futbolero del lugar, y éste, que imaginaba por dónde iban los tiros, le dio argumentos divinos: «Una vez que se les aparece suele repetir, lo difícil es la primera aparición».

Y cómo ésa ya se dio «¿quién negabaun nuevo sí se puede ante el Valencia?». La verdad es que se veía más fe en los alrededores del Reino de León (tranquilos, es un campo de fútbol)  que en la mayoría de los pueblos en misas mayores, donde se queda la mitad de la gente afuera.

- ¿Quién nos puede tocar en la siguienteronda?; se preguntaban muchos como si no hiciera falta jugar contra el Valencia.
- Eh, que viene de ganar al Barça.
- Y a tí ¿quién te preguntó?

Muy bien dicho. Que si la tropa cree en Dios no hacen falta aguafiestas. Por eso entendíen este partido el valor de Antonio Martínez que cuando salía el balón pedía a la grada que rugiera. Eso es un capitán. Ése y el que le llevó un balón dividido al tremendo Kondogbia y éste se tiró al suelo para que el árbitro, uno de verde, pudiera salir por el grande y nos cortó una ocasión de libro. Ése, el que salió pocos minutos después en medio de una ovación de lujo.

Y por si faltaba fe al llegar al campo allí estaba Carrete, El Tigre de Cabojal, para recibir un homenaje. Ya sé que dice que tiene el corazón dividido, pero no por la mitad, que a un paisano que le da un amago de infarto en la banda dirigiendo a la Cultural es por algo.

Menudo paisano El Tigre. Pude verlo varios años en Oviedo (con entradas que regalaba Marianína los de León) y jamás vi a un lateral derecho levantar tantas veces a las gradas del viejo Tartiere. No en vano cuentanque dijo Di Stefano de él: «Tiene mucho mérito, porque por guapo no le aplauden».

Seguramente les recomendó Carrete aquello que dijo al preguntarle cuál era la idiosincrasia de su equipo. «Pues no sé qué me preguntaste, pero aquí el que no ponga dos cojones no juega», todo ello dicho en asturiano, que Pepe ye de Mieres y vive en Ponferrada, que no es mala idiosincrasia.

Y la fe se multiplicó cuando empezó elpartido. Se sumaron la Virgen, don Domingo, 12.000 leoneses, Antonio Martínez, otros 13 y aquella olla fue ganando presión... tanto que quien retransmite para una emisora valenciana, compañeros de pupitre, en el minuto 87, después de tres ocasiones seguidas de la Cultural, se hacía oír en medio de las voces del campo con un «lo mejor que nos puede pasar es que nos vayamos a la prorroga». Unos segundos antes decía «señores, hay que ganarse el sueldo, que por ganar al Barra no os van a pagar todo el año» y unos segundos después «fu, que se acabe esto, somos un muñeco roto en manos de una Cultural que nos tiene embotellados».

-¡¡¡ A la prorroga!!!; lo cantó como si fuera el gol de ganar la final .

En la prórroga están todos los de los cromos: Gayá, Parejo, Maxi Gómez, Gameiro... pero quien dispara al poste es Gudiño. Temo por el corazón de mi vecino, al que además vacilan: «El año que viene no vas a Arabia». 

Es el momento de mirar en la aplicación dónde están los desfibriladores, para todos, Celades incluido, Carrete, tres mil de los 12.000 espectadores, cada vez estamos más cerca de ponernos en manos del portero francés, el héroe de la semana pasada, un guaje gabacho que vino de Mieres por una App, le gustaban los pasteles y viste de amarillo, tarda en sacar en la segunda parte de la prórroga, como si le gustara la idea de jugársela a los penaltys, «con dos cojones Giffard», que diría Carrete.

Yo tengo un desfibrilador cerca. Me voy. Coca y Jorge os lo cuentan. Pero os advierto una cosa, la Virgen sí se apareció... pero al Valencia. Lo podíamos suponer, con la cantidad de veces que tocó la lotería en Valencia.
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