La vieja y futura solución

No es que esté ya todo inventado, pero la viejas fórmulas siguen vigentes y los tesoros del pasado lo pueden ser también del futuro, lo tienen que ser, como es el caso de la industria agroalimentaria de la provincia. Tradicionalmente fue uno de los motores de nuestra economía, y las ínfulas de modernidad no han desbancado al que algunos siguen viendo como un problema pero en realidad es una solución, una de las pocas certezas en las que nos podemos apoyar los leoneses. «La agricultura es un valor añadido muy importante que puede revertir la situación con una agricultura ágil e innovadora. La industria agroalimentaria vertebra el territorio, además de que da valor a los productos de la zona y genera empleo». Lo dijo ayer Juan Carlos de Magarida, del Colegio de Economistas de Valladolid, aunque tampoco hace falta ser ni economista ni un lumbreras para verlo. «Castilla y León necesita una industria agroalimentaria sólida para hacer empresas más grandes, mayor internacionalización, mayor producción e incrementar las exportaciones en países emergentes, aprovechar el nicho de mercado y atraer inversiones con permanencia», añadió. En el caso del sector en León, las exportaciones crecieron un 60% el año pasado, lo que demuestra que tiene que ser una apuesta contante porque es uno de los pocos valores seguros que tenemos.