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‘La vie en rose’ del PP

01/11/2020
 Actualizado a 01/11/2020
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Solo los listillos de tres al cuarto –los pelotas y los desinformados flotantes del Partido Popular– no vieron que la negación de Casado, su no a la moción de Vox y las formas orales con las que ‘tiroteó’ a Abascal, iban a traer cola a corto plazo. Cortísimo. Estaba cantado. Tampoco hacía falta ser un superdotado para alcanzar tal conclusión. A ver qué camino toma ahora el paladín de la derecha genovesa, después de tanta euforia y tantos cantos… ¿de sirena?

El PSOE ya le tienta los costados. Se los constriñe. Y como el líder conservador no se ponga al hilo de los gustos socialistas volverán las oscuras golondrinas a colgar de los compartimentos estancos. Volverán a ser los fachas de toda la vida. La derechona. El residuo del franquismo. Igual que siempre. Con lo sencillo que hubiera sido adoptar una postura explicada y matizada para no desencantar a sus votantes. Pues nones. A Contracorriente. El mensaje del PP –de Casado– sobre Vox, criminalizándolo, fue una coz. Un error de manual. Adoptar el mismo discurso de las izquierdas, un fiasco.

El primer aviso lo daba Adriana Lastra, la muy ‘brillante’ portavoz socialista en el Congreso, cuarenta y ocho después de la votación. En su conocido papel de guardiana y valedora sanchista, apuntó, directa, a la ‘santabárbara’ del PP, a la línea de flotación del presidente Casado. No se cortó ni con un cristal. Ni un rasguño. Le exigía que rompiera con Vox en todos y cada uno de los territorios en que gobierna, con ‘mención especial’ –nos ha jodido– a Andalucía, Murcia y Madrid, donde los votos de la muchachada de Abascal son decisorios. Primer hostiario remitido. ¿Qué esperaban?

Y, como es habitual, la derecha timorata, la que apuntaló en las Cortes a socialistas, comunistas y resto de desestabilizadores con la abrupta e inesperada refutación, se la ha vuelto a envainar. El pasado jueves, en el Parlamento, lo repitió. Muy buen discurso el de Casado contra las medidas de Sánchez por el coronavirus y luego se cagó en los pantalones. Moderación y diálogo. Podían sustituirlo por el de cobardía y canguelo. Y miles –que no cientos– de afiliados y simpatizantes con dolor de muelas. Hastiados y decepcionados a partes iguales.

Y es el principio. Que se agarre bien los machos el Partido Popular, que los apriete con fuerza porque la idea de los ‘progres’ es desintegrarlo. De mandarle a pedir, que decía la abuela María. De momento, le están buscando una esquina que se cotice y no son conscientes de ello. Qué pena. Si continúan en la misma línea tampoco es desechable que Vox, algún día no muy lejano, les pase por encima. A maza martillo. ‘La vie en rose’ es una bellísima canción de la francesa Edith Piaf. Le debe gustar a Casado.
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