La Vid quiere un nuevo clima

El Centro del Clima de La Vid aborda una nueva fase de su controvertida historia con una gran exposición

Fulgencio Fernández
17/09/2017
 Actualizado a 16/09/2019
Uno de los rincones del Centro de Interpretación del Clima convertido inicialmente en sede de una gran muestra de 80 artistas de disciplinas diversas.
Uno de los rincones del Centro de Interpretación del Clima convertido inicialmente en sede de una gran muestra de 80 artistas de disciplinas diversas.
Fueron las viejas escuelas de La Vid, uno de los pueblos importantes en la tradición minera de Gordón, y vivieron el declive de la minería y de la población, por lo que cerraron sus puertas aunque llamaba la atención el edificio que se asomaba al horizonte de quienes transitaban por ‘La Nacional’ camino de La Gotera.

Fueron un edificio en eternas obras y un cartel que despertaba curiosidad: Centro de Interpretación del Clima. Se convirtieron en ejemplo de los vaivenes de los controvertidos Planes del Carbón del Ministerio de Industria y se temió que fuera otro monumento al olvido (como el cercano Museo de Serrilla...).

Y cuando ya casi nadie esperaba nada abre allí sus puertas una gran exposición, seguramente la gran exposición del verano o el año: 80 artistas y 140 obras, Estratos fracturados, ideada y realizada desde el equipo del departamento de Arte y Exposiciones del Instituto Leonés de Cultura (ILC), que dirige Luis García, quien señala al hablar del espacio que la acoge: «Es un desconocido pero excepcional espacio cultural, que alcanza cierta significación por la recuperación bastante respetuosa del patrimonio arquitectónico surgido en la postguerra, ante la necesidad de reconstruir las zonas devastadas, puesto que esta localidad estaba situada en el frente del norte y toda la zona fue destruida y arrasada, hasta la caída del mismo a finales de 1937, por los bombardeos constantes y sistemáticos tanto de la aviación nacional como de la Legión Cóndor que tenían la base en el aeródromo de la Virgen del Camino. Arquitectura ideológica y prototípica que se aplicó sistemáticamente por la Dirección General de Regiones Devastadas entre 1939 y 1953».

La apuesta expositiva es fuerte y pensada, en principio, hasta el 1 de octubre pero todo apunta a que se prolongará, tanto por el esfuerzo de crear esta muestra como por la respuesta que ha tenido, con más de mil visitas en los días que ha permanecido abierta en el mes de agosto. Además, esta misma semana la Consejería de Cultura y Turismo anunció la concesión de una subvención de 300.000 euros para potenciar su faceta cultural, lo que ha llevado al alcalde de Pola de Gordón, Francisco Castañón, a hablar «ideas para la dinamización de los vecinos de La Vid y del municipio de Gordón, pero también para que sea un revulsivo turístico en toda la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga».

De momento, la realidad es la exposición que allí se puede ver, Estratos fracturados, un título que «pretende poner en relación directa la comarca de Gordón con el contenido estructural teórico que propone la exposición. Se plantea así un cierto paralelismo y diálogo entre la situación de crisis y ruptura actual de la comarca de Gordón y el conjunto de obras expuestas que presenta también esa ruptura, esa falta de coherencia en la secuencia lógica e histórica del devenir creativo en la provincia de León y sus interrelaciones con otras realidades creativas», explica Luis García.

Así están muy presentes en la muestra la mina, los mineros, la comarca, la guerra civil en esta zona muy castigada por ella, las últimas luchas mineras, la vida diaria en la mina, el histórico ferrocarril o la situación de tensión y lucha por la pervivencia de la mina que tuvo precisamente en esta comarca su núcleo más duro... «o el envejecimiento y la despoblación generalizada de la comarca frente a un futuro incierto que surge ante nosotros pleno de sombras y con mínimas luces».

El compromiso de los mineros con la lucha obrera tiene otro guiño en el linograbado de 1962, reeditado por el autor, Manuel Calvo, y la grabadora leonesa Noemi Álvarez, con motivo de la muestra Hay una Luz en Asturias, la Huelga de 1962; en memoria de «la tremenda y durísima huelga minera en Asturias de 1962, denominada La Guelgona, surgida en el grupo Nicolasa de Fábrica de Mieres el 7 de abril, que produjo terribles represalias a los obreros y sus familias, hecho que supuso un intenso revulsivo creativo entre numerosos y destacados artistas como el propio Pablo Picasso, Eduardo Úrculo, o Eduardo Arroyo». Su presencia aquí se plantea como homenaje y reconocimiento al compromiso de los mineros de la comarca de Gordón, que se unieron en aquella lucha, junto con los de Villablino.

Son 150 obras que nos regalan todo tipo de visiones y sugerencias, sirva como ejemplo el texto del poeta Juan Carlos Pajares relacionado con la muerte, pero también con la esperanza, que nos introduce en una sala centrada en el minero, la desolación, la lucha, la guerra y la muerte: «Hay una luz para la palabra muerte; la nieve no tiene huesos. Hay luz en el aliento de los perros, en el vaho que asciende de ellos, puro, hasta mi boca. Sólo queda la luz cuando, anegados en el llanto, vagamos por la silueta de los montes buscando el último abrazo y en la ventisca viene, acerada, fría, entreverada, una luz. Verdaderamente hay una luz, esa que imagina los caminos».
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