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La vía nacionalista

21/10/2019
 Actualizado a 21/10/2019
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Más veces le he dicho que los socios de gobierno, sean del color que sean, son frecuentemente malos compañeros de viaje. Y también le he contado algún lunes que benditas aquellas mayorías absolutas que están en peligro de extinción y permitían disfrutar de una estabilidad más o menos continua. Situación que es aplicable a nivel local, provincial, autonómico y por supuesto nacional, donde los dos grandes partidos tuvieron muchas ocasiones para cambiar la normativa y evitar la presencia de minorías gobernando en las instituciones pero no quisieron hacerlo.

Podría contarle cosas de los que gobiernan con ayuda de concejales de un partido veleta, de estos que cambian de dirección según la trayectoria del viento y que nunca sabes por dónde van a salir, pero lo hacen como si tuvieran mayoría absoluta. Y al hilo de esto, que es un verdadero problema, también podría hablarle de cómo una presunta atribución de superioridad lleva a un pobre incauto a seguir eligiendo el peor de los caminos que se le presentan, tal vez por arrogancia quizás por miedo a perder un debate político, ejemplo del sistema democrático. Pero que sea el tiempo el que hable.

Con el tema de Cataluña ocurre algo parecido, que el miedo a tener que depender de los nacionalistas más adelante provoca la indiferencia en Madrid. Repitiendo un comentario que me hicieron el sábado hablando de esto, podría decirle que tenemos un presidente del Gobierno malo y un ministro de Interior aún peor pero me da la sensación de que a esa conclusión ya llegó usted hace tiempo. Y también podría decirle que los nacionalismos no son nunca el mejor camino para gobernar ni para conseguir nada aunque siendo leonés eso ya lo sabe. Pero de ahí a saquear y destruir ese territorio que tanto dicen que aman hay un mundo.
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