La verja de las historias

Las historias que no mueren son las que van pasando de generación en generación. De los más mayores a los más pequeños. Y a pesar de que las palabras efímeras, pueden acabar desvaneciéndose en el aire, dejan una huella en quienes las escuchan que no se borra con el tiempo. Y hay historias, como la vivida en Navidaden la residencia para personas mayores Virgen del Camino, que son capaces de dejar su huella no solo los que la escuchan, sino en toda la ciudad. Una historia que pervive en los más de 150 medallones que decoran la verja de la residencia. En ellos está plasmada la historia que cada uno de los residentes relató antes de Nochebuena a un amigo, a un vecino, a un niño o niña del colegio de los Maristas San José. Luego los jóvenes artistas, armados de pinceles, acuarelas, lápices de colores o tijeras y pegamento rescataron esas historias para que los peatones también pudieran disfrutarlas con solo una mirada.

Una historia que pervive en los más de 150 medallones que decoran la verja de la residencia Son historias que hablan de infinidad de cosas y para muestra un botón, o un búho, o cielo estrellado, o un muñeco de nieve, o las vidrieras de la catedral o un paisaje nevado o cualquier cosa que conecte la memoria de un mayor con la imaginación de un niño. Cosas que, eso sí, siempre se cuentan y se dibujan, con mucho corazón.