La vampiresa lesbiana que inspiró a Drácula habla asturianu y llionés

La novela de Joseph Thomas Sheridan Le Fanu ha sido traducida al bable por iniciativa de la Asociación Cultural Faceira, en León

Clara Nuño
29/12/2022
 Actualizado a 29/12/2022
Carmilla, la Muyer Vampiru | Ilustración de Ricardo Escobar
Carmilla, la Muyer Vampiru | Ilustración de Ricardo Escobar
Carmilla, la mujer vampiro, entró en el universo de Xairu López (León, 1982) cuando este tenía 5 ó 6 años. Había oído hablar del gran conde de Transilvania, pero no se imaginaba que pudiera haber más como él. Entonces descubrió la colección ‘Monstruos’: una serie de cromos que contaban historias de pesadilla. Entre ellos estaba la ilustración de Carmilla; una mujer bonita de pelo lacio, piel aceitunada, gesto fiero y colmillos y garras. De una comisura y bajando la barbilla le goteaba un hilo de sangre. Aquella fue la primera de muchas veces en la que López-aficionado a lo fantasmagórico- se cruzaría con la que, quizá, sea una de las influencias más notorias en la gran novela gótica de fines del siglo XIX; el ‘Drácula’ de Bram Stoker.

“Cualquiera que lea hoy la novela corta de Sheridan Le Fanu pensará mucho en Drácula, ¡Pero es al revés!”, apunta López en declaraciones a La Nueva Crónica para señalar que el irlandés publicó su novela corta 25 años antes que Stoker. “La forma en la que esta pensada la obra, los personajes, la trama… los paralelismos son enormes”, asegura.

Ella, la vampiresa, nació de la imaginación de uno de los cuentistas de terror más célebres de la Europa del XIX, Joseph Thomas Sheridan Le Fanu (Dublín, 1814-1873), considerado como el padre del cuento de fantasmas irlandés en la novela victoriana. De ascendencia aristocrática, hugonote, estudió Derecho en el Trinity College de Dublín, aunque acabó decantándose por el ejercicio del periodismo. Pasó por la plantilla de muchos de los periódicos de la época, entre los que destacan el ‘Dublin University Magazine’ y el ‘Dublin Evening Mail’, y publicó cientos de relatos cortos.Henry James, el crítico literario estadounidense que quiso ser británico, llegó a escribir en una ocasión: “Teníamos la acostumbrada novela del señor Le Fanu junto a la cama, la lectura ideal para después de medianoche en una casa de campo”.

Carmilla quizá sea su trabajo más redondo y, como toda obra precursora de un género, su rastro ha impregnado buena parte de la cultura pop universal a pequeña y gran escala, a la espera de que los lectores más avezados vayan tras su pista. Desde los cromos juveniles de los 80 hasta las aventuras de ‘El pequeño vampiro’, famosísima saga infantil alemana escrita por Angela Sommer-Bodenburg que narra la amistad entre el niño Anton y el acolmillado Rüdiger von Schlotterstein. “Hay una escena en la que Anton está en su casa aburrido como una ostra y coge un ejemplar de Carmilla de la estantería de su casa para leerlo, ¡Me hizo mucha ilusión encontrar una referencia que ya conocía!”, se entusiasma un Xairu López que, finalmente, leyó la novelita durante su adolescencia. Nadie le dijo entonces que acabaría por ser su primer traductor al Llionés.

Clásicos para legitimar una lengua


Xairu Lopéz se gana la vida como programador informático, pero sus grandes pasiones son la literatura y la segunda lengua de su tierra: el Llionés. En su tiempo libre trabaja con la Asociación Cultural Faceira, dedicada al estudio, divulgación, protección y proyección del patrimonio cultural, histórico y lingüístico de la provincia de León. “Es mi militancia”, asegura este leonés que descubrió un mundo nuevo cuando, rondando la veintena, se fijó en unos grafitis que, aunque se entendían, “estaba claro que no estaban escritos en castellano”. “Fue como entrar en un mundo nuevo, me fascinó desde el primer minuto”, explica López, quien a día de hoy posee un C2 en dicho idioma.López cuenta que lo que quieren es recuperar una lengua minoritaria en vías de extinción. “Es patrimonio y sería una pena que desapareciese”, opina para señalar que en Asturias les llevan años de ventaja con la reivindicación y el cuidado del bable. “En realidad es el mismo idioma bajo muchos nombres: Llionés, asturianu, asturleonés, bable… Es una lengua que baja desde Asturias, por León y hasta Zamora, aunque hoy aquí es apenas un remanente”, continúa el programador informático. “La cuestión es que se divide, principalmente, en tres bloques; el oriental, el central y el occidental. Este libro está traducido a la variante occidental, que es la que se habla en León y en todo el occidente asturiano”. Para él, la diferencia que puede haber entre unas y otras es la que marcan los regionalismos o el argot propio de una tierra. “La misma diferencia que hay entre el castellano de un español y el de un argentino”, ejemplifica.“Aquí, en León, lo habla muy poca gente, en su mayoría de avanzada edad y se avergüenzan de ello, lo sienten como cateto porque se ha ostracizado a sus hablantes. Estaba mal visto, era burdo, y el estigma aún persiste”, sostiene.Para luchar contra ese descrédito, y darle una mayor autoridad a la lengua, desde Faceira han decidido embarcarse en la traducción de clásicos universales. El primero, Carmilla. “Lo elegí, más allá de mi evidente gusto personal, porque es una novela corta -lo que facilita el trabajo- y además es una obra muy atractiva, aunque hoy sea desconocida. Sin ella no habría podido existir Drácula. No como lo conocemos”, recuerda.Entre Transilvania y StyriaEn cuanto a los aspectos formales de la novela que la relacionan con la de Stoker, es importante tener en cuenta, a ojos de López, que se está ante una obra de carácter gótico inspirado en el gótico medieval europeo. Una característica que comparten Carmilla y Drácula. La primera escrita a modo de diario y la segunda como novela epistolar. Asimismo, las descripciones que se hacen de la vampiresa como una mujer hermosa y lánguida de carácter voluble y a veces frívolo se proyectan en el segundo personaje femenino de Drácula: Lucy Westenra.

No puede olvidarse tampoco la figura central en una buena novela de vampiros: el investigador que resolverá el misterio. En Drácula es el archiconocido Abraham Van Helsing, que encontrará a su precursor en el Barón Vonderburg. “Se pueden conectar los personajes y situaciones de una novela a la otra”, explica para subrayar; “Todos sabemos que, finalmente, la obra de Stoker está emplazada en Translivania, ¡Pero en los primeros borradores la ubicó en Styria!”, afirma con vehemencia. Styria es, por supuesto, la región austríaca donde se desarrolla la trama de Carmilla.

El encanto de Carmilla, para Xairu López, está en su innovación. “Estamos hablando de un ejercicio de feminismo literario en 1872, eso es increíble. Los personajes femeninos están exquisitamente dibujados, mientras que los masculinos apenas son mero decorado para la trama, no se enteran de nada”, apunta.

Cabe destacar, también, el velado componente lésbico que impregna la novela, “no podemos olvidar el contexto en el que se escribió”, señala. La vampiresa encarna -y se burla- de todas las represiones de la sociedad burguesa anglosajona de la época, también el miedo latente que sentía occidente en torno a la libertad femenina.

El erotismo, el deseo por lo prohibido y una atracción maldita tejen la tragedia ardiente entre la protagonista, Laura, y la repentina aparición de la misteriosa Carmilla. Todo ello pasado por el arquetipo de la amiga entrañable con la que, durante siglos, se ha ocultado -y revelado- la pasión entre mujeres.

“La temática vampirismo y lesbianismo funcionaban antes y funcionan ahora. Es llamativo, y creo que el libro puede llegar a tener su público. Sobre todo, porque entre el castellano y el leonés el grado de intercomprensibilidad es altísimo. Cualquier persona que hable castellano puede leerlo. Seguro”, finaliza el traductor.

Carmilla es la primera traducción de un clásico de la literatura universal a la lengua patria de Xairu López de la mano de Eolas ediciones, con ilustraciones de Ricardo Escobar. La primera piedra de un proyecto para que el llionés comience a echar colmillo.
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