La UPL y el aprovechamiento del éxito

Pedro Vizcay González
09/03/2022
 Actualizado a 09/03/2022
Las academias militares enseñan que, en una guerra, es importante ganar batallas, pero lo es más el aprovechamiento del éxito. Se suele poner como ejemplo la batalla del Ebro, en la Guerra Civil, cuando el ejército republicano, tras cruzar el río y romper el frente de los sublevados, con los franquistas en retirada, recibió la orden de atrincherarse y resistir sin perseguir al enemigo. Esto permitió el reagrupamiento y posterior contraataque que dio lugar a la batalla más larga y sangrienta de toda la guerra y que finalizó, como ya es sabido, con el triunfo de Franco y el paseo militar en el que, a partir de aquí, se convirtió la contienda. No todo es tan simple, pues los mandos republicanos valoraron en su decisión la falta de suministros, gasolina y munición retenidos en la frontera por los mal llamados ‘países neutrales’ pero lo cierto es que la república tras ganar, al menos inicialmente, una batalla, acabó perdiendo la guerra por un error estratégico.

Quiero trasladar esta reflexión, salvando por supuesto las distancias (no es lo mismo una guerra que unas elecciones), al éxito que, sin lugar a dudas, ha obtenido la Unión del Pueblo Leonés en las elecciones autonómicas celebradas recientemente. Pudo incluso ser mayor si la comarca del Bierzo hubiese respondido con mayor empatía, pero eso, y lo dice una persona mitad berciana, será cuestión de tiempo y mucha labor pedagógica. También es verdad que el hecho de no presentarse listas por la España vaciada pudo concentrar al votante descontento con los partidos tradicionales que, por mucha propaganda que empleen, se han demostrado inútiles para esta provincia. Las cifras económicas y demográficas son demoledoras y así lo acreditan.

Pero no se trata de establecer teorías, sino de llegar a una praxis política que pueda desembocar en un objetivo a medio-largo plazo, como es desvincular la provincia del marco territorial actual tan ilógico y dañino en el que, y no hace falta volver al victimismo, nos encontramos. Se trataría, en definitiva, de conseguir la autonomía de León sólo, que, como explicaré a continuación, sería la única alternativa viable.

Sin pretender dar lecciones a nadie de estrategia política, simplemente analizando desde el punto de vista del ciudadano de a pie, de estas elecciones pueden sacarse varias conclusiones sencillas:

1.- Zamora con un 3 % y Salamanca con un 1 % del voto leonesista, por mucha simpatía y nostalgia que tengamos hacia el viejo reino de León, no deberían ocupar más esfuerzo y se tendría, en función de la eficacia, que desvincular a estas dos provinciasdefinitivamente de la estrategia a seguir. Tiempo habría de atraerlas hacia la autonomía nº 18 una vez lograda.

2.- Parece que la posibilidad real de conseguir la autonomía propia comienza a calar entre la ciudadanía. La percepción de que una formación política es útil, es decir, sirve para algo, es vital a la hora de lograr resultados. La labor desarrollada por los representantes de la UPL en las Cortes de Castilla y León y, especialmente, en la Diputación Provincial, pese a que la comunicación siempre es mejorable, ha podido servir en este sentido. Ahora hace falta un paso más.

3.- Es de vital importancia evitar que el voto se disgregue entre opciones parecidas o con objetivos similares. Por ello es imprescindible abrir el espacio y sumar siempre que se pueda.

4.- El objetivo final no debería ser obstáculo para otros objetivos a corto y medio plazo, que sirvan para afianzar la confianza en la opción política. La presión-negociación que ayude para atraer inversiones o generar riqueza a la provincia, siempre manteniendo la esencia, podría sin duda convencer a un mayor número de ciudadanos.

5.- En pocos meses nos encontraremos con elecciones locales y provinciales y, poco después si no se adelantan, elecciones generales. Es vital que la voz inequívoca de León se sienta en el parlamento. Las últimas encuestas ya dan claramente un diputado por León (Véase el barómetro de El País-Cadena Ser de marzo). El actual sistema electoral favorece claramente a las opciones provinciales, y no es descabellado apostar por dos diputados y tres senadores, habida cuenta de lo dividido que estará el voto de los grandes partidos. (Sería ideal que alguno de los varios leoneses con prestigio nacional, que cualquiera de nosotros tiene in mente, compitiera para el senado).

Para llevar a cabo estos objetivos sería necesario redoblar esfuerzos y ganar la calle. No cabe duda que la atención ahora se concentra en la invasión de Ucrania y en la crisis económica. Planificar y medir los tiempos es de vital importancia. La gran manifestación del leonesismo no debería esperar mucho. Prepararla a conciencia es una labor en la que, imagino, estarán trabajandolas fuerzas leonesistas.

Pedro Vizcay González es profesor jubilado de Geografía e Historia.


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