La última oportunidad

Quizá sea la última, así que tanto las instituciones públicas como los propios pueblos deberían aprovechar la oportunidad que ha generado la pandemia de coronavirus para sentar las bases de su futuro y no quedarse totalmente vacíos. Mucha gente ha cambiado el chip durante el confinamiento al conocer las ventajas del teletrabajo y darse cuenta de que vivir en entornos más tranquilos puede resultar mucho más saludable. Buena prueba de ello es el repunte que se está registrando en la demanda de casas amplias y con terreno en la provincia de León. Y es en este punto donde está la clave de esa oportunidad para el medio rural, en el interés que ha surgido en mucha gente por vivir en un entorno más amable después de haber pasado por un confinamiento social sin precedentes.

Por eso ahora los pueblos deben tener claro si quieren recuperar población y las administraciones han de redoblar sus esfuerzos para dar facilidades a aquellas familias o empresas que quieran asentarse en el medio rural. Servicios como el transporte, la sanidad o la educación son fundamentales y no deben estar en entredicho en ningún momento si de verdad queremos que nuestros pueblos ganen vida. Pero también es necesario que haya alternativas económicas y laborales más allá de aquellas personas que puedan y quieran trasladarse al medio rural para teletrabajar. Y ahí es también donde las administraciones deben implicarse de manera más decidida a la hora de facilitar la llegada de proyectos empresariales. En esta dirección se va a trabajar el 3 de julio en Soria de la mano de los presidentes de Castilla y León, Aragón y Castilla-La Mancha, que quieren avanzar en una posición común frente al reto demográfico con la propuesta de un régimen diferenciado de ayudas para las empresas de que se ubiquen en estos territorios.