La última de Mary Wilson (I)

1. La Comarca (Ardón-Páramo Leonés)

A la criatura Gollum el confinamiento le pilló con el pie cambiado, como a todos, en el Monte del Destino. Que ya es faena, oigan. Figúrense qué calorina. Así que, cuando llegó el momento de desescalar, la escena era dantesca. Ya con anterioridad al encierro, su visión resultaba poco bonita de ver, la fiel imagen del confinado, un híbrido entre Nosferatu y los protagonistas de En busca del Fuego en versión famélica y despeinada. Aquello no había mago blanco que lo remediase. Las cosas como son.

Desmejorado y aturdido por los vapores y efluvios de la montaña, confundió la Tierra Media con nuestra provincia debido al gran parecido de sus parajes y, comarca a comarca, comenzó a desconfinarse en busca de Su Tesoro y, por extensión, de los sucios hobbits (que ya son ganas de buscar a nadie que no observe las pautas de higiene en la nueva normalidad, ojo cuidao) que lo robaron. Un tío sin rencores ni acritud, Gollum.

A lo lejos divisó lo que él creyó La Comarca. Qué craso error. Es lo que tiene el encierro, que uno pierde las referencias, el Norte y el contacto con la realidad y confunde fácilmente las casas de los medianos con las bodegas de Ardón.«No hay Bolsones por aquí… Están todos en Hobbiton». O tempora, o mores…Su gozo en un pozo. Y como Don Mendo, decidió partir a otras tierras, otro abrigo… Pero sin el ídem. Eso sí, con rebequina, por si refresca.

(Continuará…)