La ‘traición’ berciana

Seguro que muchos de ustedes han visto alguna vez la serie ‘The walking dead’. Por si acaso: mundo postapocalíptico arrasado por zombis, en el que los humanos no infectados que quedan tratan de sobrevivir como pueden. Pues bien, esa serie, que comienza en breve su sexta temporada, se ha valido de un buen ‘mcguffin’, o excusa argumental, para contar las miserias y los miedos humanos. Algo que se hace patente en las últimas sesiones. Los zombis ya no importan. Se los quitan de en medio casi con desidia, haciendo del hachazo en la cabeza una rutina simplona. Lo realmente importante es la supervivencia. Y los verdaderos enemigos del grupo protagonista son otros ‘no muertos’ que quieren seguir muy vivos.

Y ¿cómo se comporta el ser humano en estas circunstancias? La ficción americana también lo cuenta bien. Me alío contigo mientras me seas útil, después veremos, pero lo más seguro es que te deje tirado o te pegue un tiro. Evidentemente el protagonista tiene códigos morales bla, bla, bla… pero ese es el resumen. Sobrevivir gracias a ti o a pesar de ti.

Todo este rollo me sirve (además de desahogar mis ansias seriéfilas) para contarles lo que acaba de hacer el Ayuntamiento de Ponferrada con el asunto de las lanzaderas del AVE a León. Si recuerdan, desde hace algo más de un año la capital berciana y Astorga, a través de sus equipos de gobierno, se afanan por promocionar juntas ambas comarcas, unidas tanto por la Maragatería como por la Cepeda y Cabrera. Actos conjuntos que al que suscribe siempre parecieron una buena idea. El Bierzo es mucho Bierzo y poder contar con su apoyo para ganar enteros turísticos es importante. Tienen recursos de todo tipo y tienen ideas para llevarlos a cabo.

Y así de felices nos las prometíamos. Al lado de una gran comarca y su capital para que, de paso que ven las Médulas, se acerquen a comer el cocido 50 kilómetros más al sur. Pero ay amigos, llegó el AVE y, como en la popular serie yanqui, una vez que me estorbas te quito de en medio. Ya saben, tirado en una cuneta (de la A-6) o con un agujero entre las cejas. En este caso la alcaldesa de Ponferrada no ha tenido ningún tipo de reparo en negociar esas lanzaderas a León con los responsables de Renfe sin contar con los astorganos, que evidentemente pretendían una paradita en la capital maragata para tener conexión con la Alta Velocidad Española.

Así lo expresaba el alcalde Arsenio García hace una semana. Se intentaría, se miraría, se hablaría, se contactaría… y mientras tanto pasando Manzanal te la están metiendo doblada. Pero señores, es que esto es para listos y rápidos. Y desde el Bierzo no quieren ni oír hablar de paradas en esos trenes a León, como es lógico. Quieren el mejor servicio para sus (enfaticen el ‘sus’) paisanos y conectarlos con la mayor brevedad.

Y exposiciones sobre el Oro de Roma en Maragatería, exhibiciones de la fiesta de Astures y Romanos y degustaciones y maridajes de cocidos con vinos bercianos todo lo que queramos. Pero la lanzadera por Astorga a 160 kilómetros por hora y despeinando al personal. Y nuestro único gozo será poner la monedilla en la vía para que la aplane el tren. Pero repito, es una postura lógica, espabilada y sin concesiones. Porque la señora Fernández Merayo lo que quiere es que la sigan votando y valorando.

Desde Renfe se apunta que han sido primeras conversaciones, desde ‘Ponfe’ dicen que lo único que falta es la firma, hasta tienen horarios ya. Pero cuidado, porque las míticas vendedoras que gritaban en la estación maragata aquello de ¡hojaaaaldres, mantecaaaadas! Ya están preparándose de nuevo para, esta vez, lanzar al Alvia las dulces cajas con precisión milimétrica y colarlas por las ventanillas. Menudas son. En peores se han visto. El negocio se hace, pare el tren, o no.