La torre de refrigeración de Anllares ya es historia

La empresa vasca Lezama Demoliciones avanza en el desmantelamiento de esta instalación industrial

L.N.C
03/06/2021
 Actualizado a 03/06/2021
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El desmantelamiento de la central térmica de Anllares, en el municipio de Páramo del Sil, parece haberse convertido en un serial de televisión por capítulos en el que poco a poco van eliminando a los protagonistas. En este caso, no supone un giro de guión, ya que todo está perfectamente pautado. Pero quien quien más quien menos se suscribe al audiovisual yquiere tener inmortalizado en su teléfono móvil el momento en el que los elementos más simbólicos de esta instalación van desapareciendo. Y que las huellas de la generación energética con carbón se borren del paisaje del Bierzo para dar paso a esa tan normada transición ecológica y justa.


Como ya ocurriera en entregas anteriores, en noviembre la chimenea y recientemente en mayo con la caldera, la torre de refrigeración que expulsaba el vapor de la central térmica de Anllares,  pasó este jueves a la historia tras la voladura controlada llevada a cabo por los técnicos de la empresa vasca Lezama Demoliciones a las 13.00 horas.

Los más de 110 metros de altura del coloso se derrumbaron por efecto de los 48 kilos de cargas explosivas depositadas al pie de la estructura, dejando tras de sí más de 8.000 toneladas de hormigón y hierro.

Estos materiales se someterán a un proceso de reciclaje y recuperación para permitir su uso de cara al futuro, informaron fuentes de la empresa encargada del derribo. Durante los próximos meses, las tareas de demolición seguirán su curso hasta completar los 42 meses previstos en el plan de desmantelamiento aprobado por las empresas propietarias, Naturgy y Endesa, dotado con ocho millones de presupuesto.

Los trabajos ya se encuentran completados en más de un 80 por ciento, informaron las mismas fuentes, que añadieron que esta actividad proporciona empleo a alrededor de 60 personas y acumula más de 138.000 horas de trabajo sin accidentes ni incidentes relevantes. Se trata de la cuarta de las cinco voladuras previstas en el proyecto de desmantelamiento de esta instalación industrial, tras las que derribaron los silos de almacenamiento, en junio del año pasado; la chimenea de 150 metros de altura, en noviembre de 2020; y la caldera, el pasado mes de mayo.

La construcción de la central térmica de Anllares arrancó en 1979 y su entrada en funcionamiento se produjo tres años más tarde, en 1982. Durante más de tres décadas y más de 180.000 horas de funcionamiento, la instalación se alimentó de la hulla y la antracita extraídas de las cuencas mineras bercianas hasta su desconexión de la red, en diciembre de 2018. El proceso de desmantelamiento arrancó en junio del año siguiente.
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