La tierra del talento, por David Rubio

El director de La Nueva Crónica analiza el futuro de la provincia tras la pandemia en 'Cuenta con León'

David Rubio
22/05/2020
 Actualizado a 22/05/2020
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Hay muchas debilidades que van y vienen, aunque algunas parecen instaladas en la genética de los habitantes de esta tierra, pero hay también algunas fortalezas que ni las crisis sanitarias ni las económicas podrán nunca alterar lo más mínimo. León tiene que agarrarse a ellas, a las que no fluctúan, a las que siempre han sido una seña de identidad de esta provincia y han formado el carácter de sus gentes. Según la época, según el color del cristal del partido político con que se mire, unos verán unas fortalezas o su ausencia, unas debilidades u otras, pero en esta provincia hay determinadas características que siempre estarán presentes más allá del oportunismo que algunos encuentran en las más insospechadas circunstancias. Las dos fortalezas perennes de esta provincia no son otras que privilegiada su ubicación geográfica y el talento que han demostrado los leoneses para desarrollar su trabajo en los más diversos sectores.

Podría cambiar el mapa autonómico, el mapa de la Unión Europea y el orden mundial que León seguiría estando en una posición privilegiada. Eso no se lo puede quitar nada ni nadie, por complejos y rocambolescos que resulten los proyectos ferroviarios, los planes logísticos y los corredores que salen de los despachos y en demasiadas ocasiones no tienen en cuenta su desarrollo sobre el terreno. No hacen falta programas de informática cuántica para corroborarlo: ya lo demostraron los romanos que dieron origen a muchas de nuestras localidades y a muchas de nuestras vías de comunicación.Dejándose llevar por la propia naturaleza, por la lógica, León tiene que mostrar toda su hospitalidad a aquellas empresas que quieren hacer de esta tierra su centro logístico. Si hasta ahora han llegado algunas de las más grandes empresas de España a nuestros polígonos industriales, no es sólo por el buen trabajo que se ha hecho desde la administración, ya que a las multinacionales se les cedería suelo en prácticamente cualquier lugar para que generasen empleo vinculado al territorio, sino por el interés que para esas compañías tiene la propia ubicación de León. Mejorar las comunicaciones es obvio que potenciaría este carácter de cruce de caminos que ha sido pilar de la provincia en lo económico, en lo social y en lo cultural, pero llega el momento en el que quizá convenga ser más realistas y centrar nuestros esfuerzos, por un lado, en terminar las obras en macha y, por otro, en conservar las infraestructuras que actualmente están en funcionamiento, algo que en los próximos años no va a ser tan fácil como pudiera parecer.

Pero si hay algo en lo que puede confiar León para salir de la crisis generada por el virus es en los leoneses, en su talento, en su carácter trabajador, responsable. Podemos tener muchos defectos, entre los que destaca el inmovilismo extremo, pero los leoneses, a la hora de trabajar, somos gente fiable. Fiable y con talento. Lo han demostrado muchos leoneses que han triunfado en los más diversos sectores, desde los económicos a los culturales pasando por los relacionados con las nuevas tecnologías, los de responsabilidad y los de realizar una tarea invisible para la mayoría. El problema, hasta ahora, es que si algo tienen en común todos los leoneses que han triunfado al más alto nivel en sus respectivas trayectorias profesionales es que para ello han tenido que salir de esta provincia. Es algo que conservamos de nuestro pasado rural: los padres impulsan a los hijos a irse de aquí y para demasiados leoneses irse es sinónimo de triunfar y quedarse de fracasar. Eso va a tener que cambiar necesariamente a lo largo de los próximos años, porque es muy relativo el éxito de vivir en una ciudad con un sueldo un poco superior al que se podría conseguir en León y con una calidad infinitamente inferior. Ese cambio de mentalidad, obviamente, tiene que ir acompañado de oportunidades laborales aquí, sin sueños locos, sin escuelas de pilotos que no existen más que en algunas notas de prensa, oportunidades laborales tan realistas como dignas.

Una última reflexión: la crisis ha puesto de manifiesto la importancia de los medios de comunicación, y ha evidenciado los que resultan fiables y los que no. Su presencia es necesaria no sólo para la buena salud de la democracia, como se suele decir entre expresiones grandilocuentes, sino también para la mejor comunicación y desarrollo de la comunidades en torno a las que giran, en este caso provinciales. Pero para que los medios sobrevivan, para que tengan una calidad digna y cumplan sus funciones vitales y sensoriales, no sólo es necesario apostar por ellos, sino confiar en su misión. En este sentido, muchos empresarios leoneses tienen que darse cuenta de los errores que se cometieron en la anterior crisis económica: recortar la inversión en publicidad cuando la situación se complica es entrar en el bucle que lleva a los peores agujeros. Resulta tan fácil como peligroso. Es en los momentos de debilidad económica cuando más visible te tienes que hacer, algo que deberían haber aprendido muchos después del 2008, como el hecho de que la publicidad, al contrario de la creencia casi popular en esta provincia, es una inversión para el crecimiento o el mantenimiento de tu empresa, no una ostentación para cuando las cosas ya te están yendo bien.
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