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La tesis de Tánger

15/04/2023
 Actualizado a 15/04/2023
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«Me suceden cosas raras con demasiada frecuencia. Y no se puede decir que los hombres sean descorteses, no. Al contrario, se preocupan del color de mi pelo y hasta de mi salud. En la puerta del café hay siempre gente joven, y cuando vuelvo a casa veo que alguno me mira y dice: «Está buena». Yo no puedo menos de agradecerles con una sonrisa su preocupación por mi salud». Así disertaba Nancy, sobre la idiosincrasia del hombre español, en la divertida novela de Ramón J. Sender ‘La tesis de Nancy’, publicada en 1962. En ella se cuentan las andanzas de Nancy, estudiante estadounidense que decide visitar Sevilla con el fin de documentarse para una tesis doctoral sobre el folklore español.

Y con similar avidez de conocimiento viajábamos a Tánger hace unos días, un grupo de mujeres pertenecientes a la Asociación Nuevo Lyceum con un doble propósito: por un lado visitar a la conocida bañezana Doctora en Química y profesora de Física y Química, Marifé De la Torre, que se encuentra realizando su labor docente este curso en el IES español Severo Ochoa de dicha ciudad marroquí; por otro, seguir la trayectoria de otra leonesa ilustre, una de las primeras doctoras en Medicina y Cirugía de España, natural de la idílica localidad de Vegacervera: Nieves González Barrio. De Nieves y Mari Fé hemos tenido noticias gracias a la colaboradora de esta casa Rocío Rodríguez Herreras, que además es promotora de Nuevo Lyceum femenino.

Así que animadas por tan sapienciales causas y –por qué negarlo– deseosas de embebernos del exotismo y cultura que rezuman nuestros vecinos marroquíes, hasta allí volamos.

Un tanto extrañadas de comprobar la diferencia cultural, sobre todo entre las mujeres, en cuanto a derechos a refiere: podemos decir que los rayos del sol encontraban bastante más piel al descubierto entre este grupo de expedicionarias leonesas que entre las habitantes musulmanas. Desde el taxi que nos trasladaba desde el aeropuerto, pudimos comprobar con extrañeza, que las universitarias que salían de sus facultades eran especialmente rigurosas en cuanto a la indumentaria, algún que que otro burka sí avistamos. Apenas se veían mujeres en las terrazas de los cafés. Siempre a dos pasos por detrás de los que las guiaban. Ojos de distinto sexo posados sobre ellas y nosotros, muchos ojos.

Nancy, Rocío, Nieves, Marifé. Ellas osadas, intrépidas, luchadoras. Desinhibidas. Libres e iguales.

Ojalá sea plenamente posible entre aquellas algún día, y que no se trate de ‘cosas raras’, sino de realidades que deberían suceder con toda la frecuencia.

¿De acuerdo con la tesis?
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