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La teoría morada

24/11/2019
 Actualizado a 24/11/2019
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Les voy a confesar que tengo una teoría: A día de hoy, y desde hace bastante tiempo, hay un odio, bastante injustificado, hacia Unidas Podemos. A decir verdad, no sé bien si es odio o cabezonería en que ellos son ‘los malos’, pero lo que hay seguro es pura hipocresía. La semana pasada, tras la firma del acuerdo de coalición, corrió el rumor de que Irene Montero sería la ministra de Sanidad y, como era de esperar, las redes estallaron en críticas e insultos hacia la portavoz de la formación morada.

Siempre he defendido que de los ministerios deberían encargarse personas que realmente conozcan esas competencias y las hayan vivido en su propia piel. ¿Educación? Para alguien que conozca de primera mano qué ocurre en las aulas en diferentes niveles educativos. ¿Justicia? Para quien sepa el funcionamiento de los órganos judiciales y no sólo desde una perspectiva teórica. Desde este punto de vista, comprendo que Irene Montero no sea la candidata idónea para encargarse del Ministerio de Sanidad.

Pero las críticas a la portavoz no se sostenían en ningún otro argumento y hubo comentarios como «de cajera del supermercado a ministra de Sanidad» que dejaban muy claro cómo es la persona que había detrás de la pantalla. Hay que ser muy mezquino, ignorante o clasista para decir eso. Primero, porque ser cajera de supermercado es un trabajo igual de digno que cualquier otro. Y segundo, porque no es la única persona de la política española, que hay muchos calentando la silla en las instituciones sin hacer nada de provecho por los ciudadanos, que se ha encargado de un Ministerio sin tener grandes conocimientos o vivencias en esas competencias.

Ana Mato es licenciada en Sociología; Soraya Sáenz de Santamaría, Trinidad Jiménez y Dolors Monserrat en Derecho, y todas han sido ministras de Sanidad. A ver si lo que molesta es que Irene Montero, que es licenciada en Psicología y ya tiene algo más que ver con la Sanidad que las anteriores, sea de Unidas Podemos y no que no haya ejercido como profesional en la Sanidad. Y si es eso lo que duele, procedo a confirmar mi teoría del odio y la hipocresía.
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