La tentación vive en el escaparate

27/11/2015
 Actualizado a 03/09/2019
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El traje oficial de la congregación les deja poco margen para la improvisación a las monjinas de la foto (¿Porqué sólo se llama con diminutivo sin sonar a ñoño y cursi a los niños y a las monjas?, ¿será que se les supone la inocencia? Yo, la verdad, creería mucho más aún en su reconocida inocencia si en las cercanas elecciones no se dejaran utilizar y alguien cosechara en su convento todos los votos de las hermanitas).

Volvemos ‘al suco’ del traje y la imaginación, la improvisación que conlleva el bien vivir la moda. De la cabeza a los calcetines todo viene reglado, marcado y elegido, color y forma, del velo al hábito y hasta las enaguas, del cíngulo al crucifijo...

Sólo sus pies son libres (es una forma de hablar). Por eso Mauri las ha sorprendido en la que podríamos decir que es su tienda, aquella en la que el dependiente les puede dar respuesta al eterno «¿hay algo para lo nuestro?». Y lo hay. Pares sueltos, ultimas oportunidades.

- ¿Y lo de outlet?

Déjalo, pares sueltos. Y cómodos. Una de ellas ya ha caído en la tentación y luce unas deportivas que para sí quisieran Cristiano (Ronaldo)
y la otra monja, que sigue aferrada a su zapato negro.

- Mira aquel par, parece muy cómodo.

La tentación vive en el escaparate.
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