La temeridad de esperar

Siempre hay teorías para todo, y en lo que tiene que ver con la pandemia mucho más. Hay quien no se quiere vacunar, quien se quiera vacunar antes que los demás, quien sabe todo lo que ha pasado y lo que va a pasar y también hay quien dice cuáles son los habituales métodos de contagio y cuáles no. Sea uno más o menos negacionista, lo que resulta difícil de negar a estas alturas es que el ocio nocturno es uno de los principales vehículos para la transmisión del virus, uno de los grandes focos de contagio. Se puede discutir sobre las medidas compensatorias, la importancia de su peso en la economía en general y en la hostelería en particular, pero no se puede discutir que en el momento en que se da carta blanca al ocio nocturno se dispara el número de contagiados. Por todo eso, resulta especialmente irresponsable la actitud de la Junta de Castilla y León en esta quinta ola, pues parece que quiere ceder al Gobierno el coste político de algunas decisiones que, sin adentrarnos en las particularidades de la justicia y en que ya más de una vez han mostrado su valentía para desobedecer la norma, puede resulta toda una temeridad esperar más.