La sombra de Aketxe

Los delanteros de la Cultural llenaron de júbilo las gradas del Reino de León para alivio de la Gestora y de las arcas del club. Ganó la banca. Que Aketxe es muy bueno lo sabíamos, pero ¿cómo de larga era su sombra?. El rubio goleador es un imán; lo atrae todo. Remata con acierto, desconcierta defensas y corre sin descanso. A su lado se ha forjado un prometedor delantero. A Orodea le precedía una buena fama. Entidades de renombre en el norte de España le tenían en su agenda, pero la Cultural tocó las teclas adecuadas. Desde Nájera, desde el modesto fútbol riojano, llegaba un jugador por hacer, a punto de los 21 años y con enormes condiciones. En el chico causaron estragos los métodos de entrenamiento de un equipo profesional. Se pasó la pretemporada en blanco por una lesión de hombro; luego llegaron dolencias musculares por una desconocida carga en su cuerpo, pero sus arrancadas hacia el gol desprendían un dulce aroma. En los corrillos entre compañeros se hablaba de Orodea como la gran sensación. «Tiene un gran futuro por delante», decían.

El domingo estalló después de muchas semanas esperando su momento, relegado por el rendimiento de un Aketxe mayúsculo. Aprovechó que a la Cultural le sienta bien cualquier traje. Aparece Santos y se queda en el once con un rendimiento notable; se necesita del concurso de Turzo y el burgalés se destapa en Oviedo; se recurre a Orodea para preparar su inminente desembarco en el once inicial ante la sanción del titular y el ‘potro’ los marca a pares. El primero, con un remate de calidad; el segundo, de oportunista testarazo.

Con ustedes, Javier Orodea, el último descubrimiento que creció a la sombra de su admirado referente, en el silencio de Puente Castro, allí donde no llegan las miradas y sí las dudas. El ‘9’ está en buenas manos.