La 'serranilla' guapa, coqueta, pionera y súper mujer

Emilia Hernández, ‘Emilita’ la de El Serranillo, ha fallecido a los 94 años, casi los mismos que tiene la tienda que fundaron sus padres, llegados de Serranillos, y que ella misma regentó durante muchos años en Roa de la Vega

Fulgencio Fernández
11/07/2021
 Actualizado a 11/07/2021
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Cuando tú dices en León El Serranillo sabes que alguien va a añadir una frase: «Un comercio de toda la vida». Si repasas estas historias tan actuales de ‘Tú no eres de León si no...’ nunca falta alguna vinculada a este comercio, como «si no has sazonado con pimentón de El Serranillo». Y tantas más.

Es decir, es algo del común, de la ciudad, de la provincia, de la memoria colectiva y los recuerdos pues nunca falta quien recuerde que el mejor regalo para aquellos años de internado era que te llevaran un sábado a por aceitunas o similares, un sabor que te acompaña.

Por ello, saber que hace unos días ha muerto Emilita la de El Serranillo es algo que va más allá de otras pérdidas porque, además, quien haya conocido a Emilia Hernández, regentando la tienda de la Calle Roa de la Vega, la recuerda con el cariño que ella se sabía ganar.Quienes la conocieron más joven recuerdan su espectacular belleza, la coquetería le llegó hasta el final de sus días pero eso sólo son anécdotas, porque lo que realmente fue es una pionera, una luchadora y una gran trabajadora, desde niña. Su hija Bea recuerda que «le dedicó la vida a la tienda y a la familia. Con 12 años ya entró a trabajar en El Serranillo y no lo dejó hasta los 72 años, que logramos que se jubilara. Y sacaba tiempo para la familia, para los cinco hijos, para mi padre —el poeta Gaspar Moisés Gómez— al que siempre apoyó y ayudo... Y encima era de ese tipo de mujeres que estaba encantada de que fuera gente a casa, siempre había un plato preparado, para sus amigas, para los amigos de todos los hijos... Ah, y para los empleados de El Serranillo, que no es que fueran como de la casa, es que eran como hijos para ella. Da pudor decirlo, porque es tu madre y parece interesado, pero fue una súper mujer».

Emilita nació el mismo año que la tienda de sus padres, El Serranillo, entonces un colmado en la Plaza del Conde y con 12 años ya entró a trabajar en ella, hasta los 72  Su primo Juan, sobrino de Emilia y el miembro de la familia que sigue al frente del histórico comercio, incide en la misma opinión. «Para todos es un referente. Siempre en la tienda de Roa de la Vega, desde que falleció mi padre hasta su jubilación, pero además de eso fue siempre el nexo de unión de la familia, era muy familiar, le encantaba estar rodeada de gente. Tiró del carro de la tienda y tiró del carro de la familia. Yo, que sigo la tradición familiar en la tienda, soy consciente de cuánto le debemos todos, ya somos la tercera generación y Emilita es el referente».

- ¿Y su fama de coqueta?
- Merecida, la verdad, era presumida y de una belleza llamativa. Te cuento una anécdota, estuve con ella cuando ya estaba en silla de ruedas y nos fuimos a hacer una foto y me dijo: ‘Sí, pero yo de pie, y aparta la silla que no se vea en la foto’. Era muy positiva, alegre, daba gusto estar con ella.

Recuerda su hija Beatriz que esa pasión por la familia hacía que «hablara sin parar de sus padres, miraba una foto que tenía de ellos y nos contaba y contaba cosas, los adoraba».
Ellos fueron los que vinieron desde la localidad abulense de Serranillos —de ahí el nombre— y abrieron primero, en 1926, un colmado en la Plaza del Conde, que fue el precursor de las tiendas actuales.

Su sobrino Juan añade otro aspecto de la vida de una mujer en los tiempos que le tocó vivir en una ciudad como León. «No hace falta recordar que estábamos en una cultura machista; y tía Emilia era quien regentaba la tienda, una mujer. Yo mismo he visto las reticencias de algunos proveedores, viajantes, etcétera, a tratar con una mujer. Lo vi con ella y también con mi madre, que se quedó viuda con 47 años y se encontró en una situación parecida. Fueron unas verdaderas pioneras también en este campo, como en tantos otros».

Regentó durante muchos años la tienda que tenían en la calle Roa de la Vega, en tiempos que no eran fáciles. "Yo vi las reticencias de muchos proveedores a tratar con una mujer" Quizás es también buen momentopara recuperar una vieja entrevista con el poeta Gaspar Moisés Gómez, también de Serranillos y al que conoció en uno de los regresos al pueblo, al que al preguntarle cómo compatibilizaba su profesión de abogado, la poesía, cinco hijos, respondió seguro: «No es un secreto, es una mujer, se llama Emilia y ella tiene la culpa de que todo sea posible».

Su hija Beatriz ilustra estas palabras con un recuerdo: «Guardamos las cartas que se escribían y que son verdadero tesoro».

Emilia nació hace 94 años. El Serranillo nació hace 95 años, en 1926 abrió aquel colmado en la plaza del Conde donde pronto se hizo famoso su pimentón y después sus aceitunas, rellenas o no, y después todo.Y entre todos esos recuerdos siempre hay un hueco y una sonrisa para lamemoria de Emilia Hernández, Emilita, ‘la serranilla’ guapa, coqueta, trabajadora, pionera, súper mujer...
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