17/10/2017
 Actualizado a 16/09/2019
Guardar
Unas cuantas gotas de agua, o unas muchas, escapadas de los cielos en los últimos días, no alcanzarán para una Declaración Unilateral del Fin de la Sequía, o DUFS; que siempre es más conveniente y ventajoso, en estos tiempos que corren, inventar acrónimos, emplear jergas y hablar con oscuridad y dobles sentidos que acudir al trasnochado «al pan, pan, y al vino, vino». Dejémonos de mayores sutilezas y olvidémonos de gazpachos y pepinos.

Tampoco las tormentas de Cataluña traerán el fin de la sequía para León. Una vez que, tras los nubarrones, empiezan a apuntarnos que la recién parida cultura del Diálogo nos conducirá inexorablemente a una reforma constitucional, no esperemos otra cosa en esta tierra que no sea que, como mucho, la lluvia nos caiga de lado.

Hoy nos dictan que esa reforma es la única salida para dar encaje a la permanencia de Cataluña en España, pero lo que en mi opinión resulta terrorífico es que este sea el único problema que merezca para las élites políticas nacionales que el texto constitucional sea revisado y sometido al juicio del pueblo español. No se les escaparon esos pensamientos cuando la norma que tan pasionalmente defienden fue modificada de urgencia en su artículo 135, haciendo que el conjunto perdiera sustancialmente su carácter social.

Por otro lado, el nuevo encaje territorial del Estado no es una cuestión que solo afecte a Cataluña o la integridad de la nación. Detrás hay un problema de solidaridad. Detrás hay décadas de construcción de dos Españas, una de progreso y riqueza, otra de desindustralización y exilio. En los balances de cuentas de los magos de las finanzas y el maquillaje nadie se ha atrevido a calcular el coste económico y social que para la segunda España supuso las miles de personas obreras exportadas.

Y León, como en 1978, asistirá a los debates sobre la nueva España viendo el Telediario, ausentes de todo y para todo, pequeños e insignificantes, como plantas crecidas sin agua y sin abono, porque aquí la sequía no es cosa de este año. Dura ya muchas y tristes décadas.
Lo más leído