La semana de las prisas

Dentro de una semana a estas horas ya estarán contadas las papeletas y entonces será el momento para hacer los cálculos donde la aritmética de las urnas dejen minorías y pronostiquen ayuntamientos ingobernables. Porque por mucho que algunos critiquen las mayorías absolutas, en estos cuarenta años que llevamos votando cada dos por tres está más que demostrado que la estabilidad y la seguridad nunca suelen venir de la mano de los pactos.

Mientras tanto, esta semana que queda por delante es la de las prisas y las carreras por intentar amarrar hasta el último voto, porque también ha quedado demostrado muchas veces que una sola papeleta lleva a un partido al gobierno municipal durante cuatro años y deja al otro en la oposición ese mismo tiempo. Por mucho que el que consiguió un solo voto más llene la boca diciendo que ganó las elecciones «por mayoría absoluta».

Dicen que las prisas no son buenas consejeras y la velocidad es lo que ahora le ha entrado a quien encara la recta final de la campaña pensando que aquí las campañas son como las de algunos países de América Latina donde están dos o tres meses, incluso más tiempo, pidiendo el voto. ¿Se imagina? La verdad es que qué cansancio tanto para los que tienen que vender la moto como los que han de aguantar tres meses la misma canción de lo que aquí solucionamos en quince días o poco más.

Le decía que estos días son los de las prisas porque todavía hay candidatos que con el domingo a la vuelta de la esquina todavía andan preparando fotografías para los carteles, retocando los programas o prometiendo cosas que estos días han oído a otros porque no son capaces de hacer nada a tiempo. Imagínese a personas de este tipo, como las que no están preparados para gestionar sus cuentas, gestionando las de todos. Pues el resultado, un verdadero desastre.