La 'segunda vida' que brinda un tatuaje dentro y fuera de la piel

Pat Kaos es una de esas leonesas que tuvo que irse fuera a trabajar pero que en cuanto pudo se acercó a la "tierrina"

D.L.M.
03/11/2019
 Actualizado a 03/11/2019
Pat Kaos trabajando en su estudio en una sesión reciente. | SAÚL ARÉN
Pat Kaos trabajando en su estudio en una sesión reciente. | SAÚL ARÉN
Pat Kaos (@P_Kaos_tattoo_Valladolid) tiene su estudio en Valladolid, pero también está en cartera en Crazi Cue Shop (Renueva, 25) de León. La «tierrina» le tira y no duda en volver siempre que puede ya sea a tatuar o a pasar unos días con la familia y los amigos. Durante años estuvo más lejos, como tantos exiliados económicos leoneses, y en cuanto decidió dar una vuelta a su vida y coger la máquina de tatuar se acercó todo lo que pudo a la provincia. Su formación en arte y su pasión por lo que hace la han ayudado en su carrera. En el concurso de la primera convención a la que asistió, en Ponferrada con unos 40 participantes, logró el segundo puesto con un pájaro en color. Su especialidad es el realismo, tanto en color como en ‘black and grey’ (blanco y negro), siempre con diseño personalizado.

Uno de los ámbitos que más trabajaes el ‘cover up’, la reconstrucción de antiguos tatuaje que se han deteriorado, que no han tenido el resultado esperado o que han perdido su significado. Les da una segunda vida a los trabajos que suponen una carga para quien los lleva. Un caso que ilustra su labor es del una mujer que tuvo que adaptar las poses de las sesiones de fotografía de su boda por un tatuaje en un brazo que no podía soportar. Acudió a Pat Kaos y «ahora está pensando en sacar el vestido del armario y repetir el álbum», bromean. El ‘cover up’ también supone un entrenamiento para la reconstrucción en 3D de pezones y areolas porque «ayuda a tapar deformidades ycubrir particularidades». Hasta llegar a este punto, Pat Kaos afirma haber realizado «mucha preparación previa. Su pareja entonces, David, fue su apoyo inicial y primer «conejillo de indias». Luego se sumaron los amigos o el estudio JSLP de Vilaseca (Tarragona), el primer estudio en el que estuvo en cartera y fue el empujón final para lanzarse y dedicar su vida a su pasión. No sabe los tatuajes que tiene, dice que se le «van juntando». Ahora disfruta con su proyecto de «brazo ochentero», que ha inaugurado un Chewbacca (La Guerra de las Galaxias).
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