La Scala, sin público pero con estrellas

El teatro milanés convocó a una veintena de cantantes de primera fila para inaugurar su pasada temporada

Javier Heras
14/10/2021
 Actualizado a 14/10/2021
Algunas de las grandes voces que se dieron cita el pasado año en La Scala.
Algunas de las grandes voces que se dieron cita el pasado año en La Scala.
A veces las peores circunstancias dan pie a las soluciones más brillantes. El 7 de diciembre de 2020, cuando La Scala tenía que inaugurar su nueva temporada, la infame pandemia se encargó de cerrar los teatros de todo el mundo. En plena segunda ola, las duras restricciones impedían una función al uso, pero no iban a silenciar la cultura. Los responsables del teatro milanés movieron cielo y tierra para sacar adelante una gala extraordinaria a puerta cerrada. Se retransmitió online y quedó grabada para la posteridad. Este jueves podrá verse en Cines Van Gogh a partir de las ocho de la tarde. Por una vez el espectador no sentirá envidia por no haber estado allí: nadie lo hizo.

A falta de público, la dirección se esforzó en reunir todos los atractivos posibles. Para empezar, las voces más destacadas del mundo. Entre los tenores, los hubo de todos los estilos: de la agilidad del peruano Juan Diego Flórez al romanticismo del polaco Piotr Beczala; de especialistas en repertorio italiano como Francesco Meli a expertos en el francés como Roberto Alagna. Entre las sopranos, divas de renombre internacional como la búlgara Sonya Yoncheva o la letona Kristine Opolais, sin olvidar a la mezzo Elīna Garanča o a barítonos como Carlos Álvarez, Ludovic Tézier o Plácido Domingo.

Todos cantaron pasajes imprescindibles de la historia de la música, con Verdi a la cabeza (‘Cortigiani’, ‘La Donna è mobile’, ‘O don fatale’), pero también Puccini (‘Nessun dorma’, ‘Un bel dì vedremo’, ‘E lucevan le stelle’), los belcantistas Donizetti (‘Una furtiva lacrima’) y Rossini (‘Guillermo Tell’) y el verista Giordano (‘La mamma morta’). Francia estuvo representada por Bizet y su ‘Carmen’ y por el ‘Werther’ de Massenet; Alemania, por ‘La valquiria’ wagneriana, sublime en la batuta del venerable Riccardo Chailly, responsable musical del Piermarini. De las diferentes escenografías y proyecciones se encargó el turinés Davide Livermore, con su estudio Giò Forma.

Durante tres horas de velada, aparte de arias, dúos y conjuntos hubo presentaciones literarias, cartas, diarios y otros documentos de gran valor histórico, que se intercalaban entre las piezas. Y también cobró protagonismo el ballet, con los solistas más punteros de la compañía de danza milanesa, como el legendario Roberto Bolle o las jóvenes Nicoletta Manni y Martina Arduino
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