La sanidad y las urnas

Como las intoxicaciones alimentarias, como los incendios, como las colas en los chiringuitos y los bares de pueblo, como las noticias forzadas, el colapso de la sanidad en el medio rural se repite verano tras verano. Ese simple hecho dice mucho de las características que rodean el caso, tanto por la parte que se refiere a que es hasta cierto punto lógico o previsible que se desborden las infraestructuras en materia de sanidad durante los meses en los que, en esta provincia, la gran mayoría de la población se traslada a los pueblos, como por la parte que demuestra que, como loscasos anteriormente citados, pase lo que pase volverá a convertirse en uno de los ‘culebrones’ del verano. Sin que hayan llegado las soluciones esperadas, que en la mayoría de los casos pasan por aumentar el personal sanitario en los principales consultorios médicos de nuestras comarcas, lo que llama poderosamente la atención es que ha descendido, notablemente, el número de protestas. Eso no significa que la sanidad en el medio rural esté mejor, en realidad se colapsa como todos los verano, pero indica que la beligerancia en ocasiones tiene más que ver con la proximidad de las elecciones que con las verdaderas necesidades de los contribuyentes, que se ven arrastrados a protestas en muchos casos cargadas de razón pero que pasan como las tormentas de verano.