La sanidad y las fronteras

Entre las ya numerosas imágenes que, a pesar de que no ha transcurrido ni siquiera un mes, ha dejado para la Historia este 2020, sin duda ocupará un lugar destacado el de un ejército de máquinas retroexcavadoras preparando el terreno para construir a toda velocidad un hospital en la ciudad china de Wuham. El coronavirus ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias de todo el mundo, puesto que el problema es global. La realidad se parece peligrosamente a la ciencia ficción, y las alertas de momento no llegan a Europa porque desde aquí ya hemos visto pasar de largo otros virus que se presentaban como apocalípticos pero en cambio nadie se acordaba de ellos a los pocos meses. En este caso, como es lógico, tampoco faltan las teorías conspirativas que, junto con las más alarmistas, aseguran que se trata de maniobras para perjudicar al gigante asiático por su exponencial crecimiento en prácticamente todos los mercados internacionales. Lo que resulta evidente es que la sanidad es más global que nunca, más de lo que se hubiera pensado en ningún otro momento, global en cuanto al territorio y global en cuanto a los sectores que deben estar implicados para garantizar la seguridad, y que hay que actuar en todo el mundo para evitar que se produzcan casos como éste, del que aún desconocemos su repercusión. En temas sanitarios no existen las fronteras.