La salud y la ciudadanía

Alberto del Pozo Robles
10/09/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Este verano que ahora concluye ha sido prolífico en acontecimientos («incidentes» dirían algunos, en términos de orden público), acontecimientos relacionados con la salud, y en especial, y en nuestra CyL, con la salud rural. No es que los servicios hospitalarios se hayan comportado como para tirar cohetes, pero en especial esos acontecimientos han tenido como escenario principal la atención primaria del medio rural. Han abundado manifestaciones, concentraciones, intervenciones en los medios de comunicación, reuniones con la administración, etc… y todo ello provocado por la preocupante situación que en estos últimos meses se ha vivido en la atención sanitaria del medio rural. La ausencia de profesionales, las listas de espera y la escasez de medios materiales, han desencadenado una respuesta casi masiva en la ciudadanía de muchos de nuestros pequeños municipios. La desatención sanitaria y el caos asistencial han sido constatados y vividos como una forma más del abandono del medio rural, y a pesar de la negativa de la Junta de CyL, lo cierto es que el ambiente que se respira en la Consejería de Sanidad está trufado de inquietud y preocupación, no tanto por esa desatención en sí misma como por la proximidad de las elecciones municipales que, temen, les pueda pasar factura.

Cualquier observador medianamente informado sabe que los gobiernos de inclinaciones neoliberales han apostado desde hace décadas por el adelgazamiento de los servicios públicos, entre ellos la sanidad, en pos de beneficios consiguientes para el sector privado que, ya a partir de 1986, decidió poner en venta un sector público que se hallaba protegido y monopolizado por los estados de clara inspiración democrática y progresista. De esa ofensiva neoliberal pueden dar fé las sucesivas y reiteradas declaraciones de influyentes dirigentes del BM y del FMI, así como posteriormente de la propia Organización Mundial del Comercio (Michael Servoz ó Pascual Lamy, entre otros), y así también lo afirmaba el propio Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y expresidente del BM.

Así pues, nada debe extrañarnos de la deriva que va tomando nuestra sanidad pública española, (y castellana y leonesa) aquella que hace dos años fue considerada por la Agencia Bloomberg la mejor de Europa y una de las cinco mejores del mundo. Pero la realidad hoy es muy distinta. Los recortes presupuestarios impuestos por las políticas económicas del gobierno central, y las propias aceptadas por el gobierno de nuestra CyL, están conduciendo a una rendida entrega de nuestra sanidad (esa que se instrumentaliza para responder al derecho a la salud de toda la ciudadanía sin excepciones) como una rendición a manos de la iniciativa privada, como así confiesa el propio sector privado de la sanidad que ayer mismo afirmaba sin ningún sonrojo que «los seguros privados crecen a costa de las listas de espera de la sanidad pública». Y lo más irritante quizá estribe en que ni siquiera ese sector privado deja sus considerables beneficios en nuestro país, sino que está participado mayoritariamente por fondos de inversión y empresas especuladoras extranjeras, británicas, norteamericanas, asiáticas, suízas, alemanas, argelinas, etc…

No está todo perdido, y la historia así lo demuestra, pues sólo la soberanía ciudadana, organizada, comprometida, informada y activa, podrá bloquear esta deriva y esta demolición de lo que fue el buque insignia de nuestra joven democracia, la sanidad pública española a partir de los 80’…

La respuesta, y no sólo la de éste verano, se está viendo ofrecida por la resistencia, protesta y expresión activa que están desarrollando no pocas asociaciones y organizaciones locales, y entre ellas las Plataformas en Defensa de la Sanidad Pública, que están reclamando unidad en la acción, su respuesta y su participación, y en concreto por una Plataforma como la de León que especialmente se viene esforzando en la faceta de formación e información, como así lo demuestran los talleres de participación que se están impartiendo en nuestra provincia.

En este escenario que defendemos de «Participación Social en la Salud» es donde ésta Ciudadanía activa debe abogar porque los miembros del conjunto de la sociedad tengan ciertas funciones y responsabilidades para con sus conciudadanos, aunque no tengan funciones específicas de gobierno. Y es precisamente ésta Ciudadanía activa la que debe considerarse como una articulación del debate sobre los derechos y las responsabilidades que debe asumir la sociedad civil. No puede existir participación real y activa si no existe compromiso, formación e información, y es en eso en lo que la Plataforma de León se ha empeñado.

Ante la evidente demolición de nuestra sanidad pública, sólo la voz de los ciudadanos y ciudadanas podrán detener la detonación que se avecina, voz que en las próximas elecciones municipales deberá encontrar su coherente expresión al apoyar sin remilgos a aquellas opciones políticas que luchen contra el brutal neoliberalismo y la privatización de la sanidad. Porque si no somos capaces de ello, nos veremos entre los escombros.

Alberto del Pozo Robles es coordinador de la ADSP (FADSP) de León
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