La Royal Mail en el viejo portón

07/12/2017
 Actualizado a 15/09/2019
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Nos tenían obnubilados con las películas de americanos que pegan tiros e ingleses que viven en la campiña verde. Los primeros escribían a sus casas y veías a los carteros de las películas que llegaban con el sobre para meterlo en ese pequeño túnel del tiempo que ponía en el exterior US Mail. «Debe ser como aquí Correos», decía siempre alguien en el bar donde se veían las películas.

Y hasta la apartada casa de la campiña verde llegaba otro cartero diferente que metía las cartas en aquellos buzones rojos de la Royal Mail. «Debe ser como aquí Correos», decía siempre alguien en el bar donde se veían las películas, entendiendo perfectamente que aquí los buzones no fueran rojos. «Aquí rojo no sobrevivió más que el vermú», dice Vicente el de La Uña.

Nos parecía una cosa exótica aquello de la US y la Royal Mail, como exagerar sin necesidad, con lo fácil que era siempre para el cartero y la cartera llamarte a la puerta, que te conocía de sobra, y de paso pues echabas una parrafada sobre lo que había por el mundo, que cómo él venía de allí.

Y cuando llegaba el invierno y tenías que bajar unos días para León pues hacías una raja en la puerta, pintabas un sobre a escuadra y cartabón, que bien sabía el cartero que en aquel agujero iban las cartas, que caían directamente a un saco que había dejado clavado con puntas por el otro lado.

Si es que no hay idioma como el lleunés, qué US y Royal Mail ni qué ocho cuartos, pudiendo pintar un buzón en el portón.
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