Pedro Llamas fue el primero en tomar la palabra para reiterar el apoyo por parte del Ayuntamiento a esta fiesta popular que este año se celebra por segundo año consecutivo, recuperando una tradición que se remonta al siglo XIX pero que dejó de celebrarse en la segunda década del siglo pasado. Para el concejal se trata de una fiesta que hay que tratar de mejorar cada año para que realmente se convierta en elemento turístico. "No podemos estar sacando fiestas todas las semanas, aunque León sí da para eso, pero las que hagamos que se puedan vender a corto o medio plazo", señaló el responsable de Comercio y Fiestas en el Ayuntamiento de León, quien destacó que se está trabajando en un plan para cambiar la promoción de la ciudad, y las fiestas tradicionales, como es el caso de la romería de ‘La melonera’, "van a jugar un papel importante".
La presidenta de la Asociación Cultural García I, Ángeles González Espadas, apuntó que con esta segunda edición de ‘La melonera’ se pretende desde la asociación seguir poniendo en valor nuestra cultura, nuestros usos y nuestras costumbres y en la medida de lo posible seguir recuperando alguna tradición perdida. "Entendemos que estamos atravesando unos tiempos muy difíciles a todos los niveles y pensamos que la mejor manera de olvidarnos por un tiempo de los problemas cotidianos es poder disfrutar de un día de fiesta", como puede ser la celebración de la romería de ‘La melonera’, que además de preservar la tradición tiene, en opinión de González Espadas, "la capacidad de mover tejido económico", como ya quedó demostrado el pasado año con la primera edición, que se saldó con un gran éxito de participantes y de público en general.
La presidenta de la Asociación García I explicó que se ha tratado que el programa de actos de este año fuera lo más completo, teniendo en la boda de viudas uno de sus actos principales, que sufrirá un ligero retraso sobre la hora indicada en el programa para no coincidir con la misa que a esa hora se celebra en la iglesia del Mercado, pues era tradición en este tipo de enlaces utilizar cencerros para ‘molestar’ a los contrayentes. En este sentido, Ana Isabel Fernández recuerda que no estaba bien visto que se casaran una viuda o un viudo de nuevo. Este tipo de casamiento se trataba de ocultar, pero el pueblo al final se enteraba y era habitual hacer cencerradas, una tradición que en algunos pueblos de la provincia se siguió haciendo hasta los años setenta. "Iban con cencerros y cazuelas para armar mucho jaleo. La cencerrada podría llegar a durar nueve días, ocasionando el hartazgo de los novios", indica la secretaria de la asociación. La prensa histórica recoge anécdotas muy curiosas y a veces sangrantes de esta tradición, como subir por la fuerza a los novios en un carruaje viejo tirado por burros del peor pelaje y mozos del pueblo vestidos de sacristanes que portaban a modo de incensarios calderos rotos donde quemaban excrementos de perro, gato, gallina, pimentón y guindillas. Otro aspecto anecdótico y algo menos humillante que era habitual en la boda de viudas tenía que ver con el vestuario. Así, un zapatero regaló a una novia unos zapatos con doce cascabeles, seis en cada uno de ellos. Todas estas anécdotas y algunas más se van a recrear en la celebración nupcial que este año estará protagonizada por José Borrego y su esposa, quienes se han prestado gustosamente a colaborar una vez más con la asociación.Otro de los eventos importantes de la romería de ‘La melonera’ será la celebración de un concejo abierto en el que con un tono jocoso y dicharachero se abordarán asuntos como el de la plaza del Grano, donde los perros hacen sus necesidades, del ridículo realizado por la Bonifacia, primer camión de bomberos deLeón cuando fue a apagar un incendio en Valencia de Don Juan, o el del elefante Pizarro, cuya sola mención desató el pánico durante la procesión del Dainos un Domingo de Ramos y desde entonces no ha parado de llover durante esta celebración por dejar abandonada a su suerte la figura del Nazareno.
Lo que no va a faltar es la música y los bailes amenizados por el grupo Trancare, así como la comida en la plaza que este año se pretende que esté mucho más concurrida que la del pasado año para darle al evento su verdadera dimensión de romería. También habrá reparto gratuito de melones y sandías a los participantes no solo de la plaza del Grano sino a los que acudan a la plaza de Guzmán donde saldrá la comitiva nupcial de una de las bodas más singulares.