La revolución de este siglo

Darío Franco repite como ganador del Concurso de Arte Urbano con su obra ‘El grito’, en la que el autor hace un guiño a los carteles de la revolución rusa del siglo pasado para reflejar la maternidad como una de las causas de la desigualdad salarial y de derechos laborales

L.N.C.
19/11/2019
 Actualizado a 19/11/2019
‘El grito’, de Darío Franco Grande, ganador también el pasado año, se hizo con el primer premio.
‘El grito’, de Darío Franco Grande, ganador también el pasado año, se hizo con el primer premio.
La Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de León ha fallado los Premios delConcurso de Arte Urbano 2019, una iniciativa que en esta ocasión se ha celebrado bajo la temática de la igualdad de género con el objetivo de promover la creatividad y difundir e impulsar la cultura joven de los leoneses y leonesas y, al mismo tiempo, concienciar sobre la importancia de avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres y acabar con la discriminación.

El jurado, presidido por la concejala de Bienestar Social y Juventud, Vera López, ha estado compuesto por Eneas Bernal Matas, coordinador de exposiciones y proyectos del Musac; Miguel Mielgo Torices, director de la Escuela de Arte de León; y Camino Jiménez, graduada en Historia del Arte como representante de la ciudadanía joven.

El primer premio, dotado con 1.000 euros, ha sido para Darío Franco Grande por ‘El grito’, situado en el Parque Juan Morano entrada Padre Isla.

Así, el segundo premio, dotado con 600 euros, ha recaído en  Víctor Rodríguez Puerto por ‘No mires atrás’, situado en la parte posterior de la caseta del interior del Parque Juan Morano.

Y, por último, el tercer premio, dotado con 400 euros, ha sido para Diego Escribano OTT por ‘Glass ceiling barries’, situado también en el parque de Juan Morano, en el muro de la pérgola.

Darío Franco Grande fue también el ganador de la anterior edición del concurso. Con ‘El grito’, según él mismo ha explicado, quiere fusionar dos líneas gráficas antepuestas, por un lado una iconografía vectorial para el fondo y, por otro, una realista para dotar de mayor protagonismo a la figura principal.

El jurado ha valorado su ejecución cuidadísima que oculta la puerta e incorpora la hiedra como pelo de la figura.

El mural representa a una mujer trabajadora y madre rompiendo el techo de cristal, símbolo de la desigualdad entre géneros. El autor, además, aprovecha el tejadillo situado sobre la puerta para mostrar ese techo de cristal que se rompe por el esfuerzo femenino.

Darío ha querido representar a una mujer con su hijo en brazos para reflejar que una de las causas de la desigualdad salarial y de derechos laborales es precisamente la maternidad. El fondo hace un guiño a los carteles de la revolución rusa del siglo pasado, ya que a su parecer el feminismo es la revolución propia de este siglo. Para la parte superior se ha inspirado en el mítico cartel de Alexander Rodchenko ‘Libros’ (1924), que evoca la cultura como arma.
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