La responsabilidad compartida

Dos de los grandes problemas de seguridad, la una medioamiental y la otra sanitaria, coparon ayer la actualidad leonesa. Por un lado, el debate inevitable en estos primeros días de presunta nueva normalidad está en el cumplimiento o incumplimiento de las restricciones que marca la ley ante el riesgo de un rebrote del temido coronavirus. Por otro, el debate de cada verano de si son suficientes o no las medidas puestas en marcha por parte de las diferentes administraciones, pero sobre todo por parte de la Junta de Castilla y León, para luchar contra los incendios forestales durante los meses de verano. En ambos casos, que sobre el papel no tienen nada que ver entre sí, la administración asume el peso de las decisiones, la previsión y la inversión son fundamentales paraevitar nuevas tragedias, nuevos dramas, y se trata de aspectos en los que todos los esfuerzos parecen pocos cuando llega el momento crucial y el riesgo se acerca a nuestras puertas. Pero tanto en un caso como en otro, reconociendo la responsabilidad de las administraciones y exigiéndoles el rigor y la profesionalidad que deben tener, el no escatimar recursos porque puede ser demasiado tarde cuando se quieran corregir errores, al esfuerzo público se tiene que sumar la responsabilidad privada, ya que hay determinado aspectos que son incrontrolables por parte de las autoridades y cada individuo tiene que respetar al resto para que todos podamos decir que somos un sociedad evolucionada.