La Reserva de Ancares pide el apoyo de la Junta "financiero y de coordinación"

Lamenta que, pese a que la figura que ostenta desde el 2006, la administración no se haya implicado con la zona hasta el momento

Mar Iglesias
12/02/2020
 Actualizado a 12/02/2020
El castro de Chano es uno de los lugares que mezcla paisaje y patrimonio en la Reserva.|  RBALE
El castro de Chano es uno de los lugares que mezcla paisaje y patrimonio en la Reserva.| RBALE
La Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses (RBALE) engloba los valles de la sierra de Ancares, en la comarca del Bierzo, una figura con la que cuenta desde el año 2006 y que abraza a 56.786 hectáreas de riqueza natural, paisajística y patrimonial.

Está formada por los municipios de Peranzanes, Candín, Vega de Espinareda y Villafranca del Bierzo y se gestiona a través de un Consorcio que aglutina a esos cuatro Ayuntamientos y al Consejo Comarcal del Bierzo. Son ellos precisamente los que le dan aliento con sus presupuestos, aunque desde la parte técnica se ve escaso para los proyectos a desarrollar y se pide un acercamiento de las administraciones superiores a este enclave, no solo para dotarlo financieramente de recursos, algo necesario, sino también para entablar relaciones de coordinación, algo que la técnica actual de la RBALE, Susana Abad reprocha que no haya sucedido.

Por eso Abad aplaude las iniciativas políticas que subrayen el nombre de la Reserva, como la del secretario regional del PSOE, Luis Tudanca, que se comprometió hace unos días en visita a Vega de Espinareda a llevar a las Cortes distintas propuestas con el fin de «poner en valor» esa zona.

Desde el corazón de la Reserva, ese compromiso pasa por materializarse, puesto que ya han conocido el buen sabor, a nivel político, de proposiciones no de ley con Ancares como referencia que se aprobaron por unanimidad y que no dejaron más que la intención sobre el territorio. Abad pide actuaciones y la implicación de las administraciones con un territorio Reserva de la Biosfera, figura creada y concedida por la UNESCO dentro de su Programa Persona y Biosfera (MaB), catalogación «reservada para los territorios del planeta con valores sobresalientes en cuanto a su medio natural, social y económico». Reconoce Abad que otras Reservas cuentan con ese apoyo y respaldo de las administraciones provinciales y regionales, algo que facilita su funcionamiento «nosotros lo tenemos más difícil porque no están en los órganos de gobierno Diputación ni Junta y la coordinación es más compleja.Casi tenemos que autofinanciarnos», dice.

Aportaciones de la Diputación


Sí que la Diputación de León ha comenzado a realizar aportaciones desde hace tres años, en concreto 70.000 euros anuales para las Reservas de la Biosfera, lo que ofrece 11.000 euros a la leonesa «aunque aún estamos justificando 2018», dice Abad. Eso hace que «estemos en un punto crítico, porque no tenemos las ayudas de esas administraciones», mientras que es la Junta la que tiene la potestad de gestionar el territorio «y sería positivo que nos ayudara, aunque no estuviera en los órganos de gestión».

Solo el Consejo Comarcal y las administraciones locales financian un proyecto que en este momento sigue una línea de mantenimiento «solo podemos mantener la figura de protección», lamenta Abad «por eso cualquier apoyo es fundamental y hace años que no se hablaba de ello», asegura. Políticas de financiación, tal vez al mismo nivel que lo están haciendo los actores sociales y tener en cuenta las peculiaridades de la zona podrían «devolver a la población lo mucho que nos da». Son las personas, asegura, las que han hecho posible la catalogación de la Unesco, pese a que de Ancares aún se habla poco en los folletos de turismo «y estamos aquí, con una catalogación parecida a otros enclaves que sí que se promocionan».

Abad está esperanzada en que los constantes compromisos actuales con el medio rural y su población lleguen a materializarse en ayudas a estas zonas «si somos Reserva es porque hemos cuidado el paisaje. La gente cuida el territorio y hay que llegar a esa gente. La administración está muy alejada de la realidad, de la población, y también la población lo está de ella, por eso hay que buscar puntos de encuentro. Hay que bajar al terreno», pide. La Junta no se ha implicado con esta reserva leonesa, «no hemos tenido diálogo», reprocha.

Pero las propuestas de la RBALE son claras y pasan por conseguir sus objetivos iniciales «conservar el patrimonio natural y cultural, con el que se implique la administración, desarrollar sus poblaciones, apoyando a los emprendedores y realizar un trabajo de investigación y divulgación científica». En todos esos pasos, la Reserva abre la puerta a la colaboración y pide que se tenga en cuenta, sobre todo, el apoyo a la población como prioridad«somos territorios especiales» donde la ayuda al emprendimiento debe encajar y no «poner trabas» como han reconocido los nuevos empresarios.

Y sobre todo que se empujen las actividades para desarrollar la Reserva, con un presupuesto insuficiente en la actualidad para marcar más que sueños.
Lo más leído