La reina de las nieves

La perdiz nival es un lagópodo de alta montaña, de unos 35 cm de tamaño, y un plumaje variable según la época del año, con tres cambios estacionales

Javier Valladares
28/07/2022
 Actualizado a 28/07/2022
Un ejemplar de perdiz nival con su característico plumaje invernal. | JAVIER VALLADARES
Un ejemplar de perdiz nival con su característico plumaje invernal. | JAVIER VALLADARES
Hoy traigo a este espacio un ave de fuera de nuestra provincia. Un ave de altura, la perdiz nival. En la península ibérica se distribuye por toda la cordillera pirenaica en altitudes siempre superiores a los 2.000 metros. Hace unos años mi amigo Luis Ansola y yo nos fuimos a la Cerdaña (Girona) en busca de las tan preciadas nivales. Las acabamos localizando a una altura de 2.800 metros. Era un día 1 de noviembre,  y las primeras nevadas aún no habían caído en las cumbres pirenaicas.

Pero las primeras perdices nivales que fotografié fueron nada más y nada menos que escocesas, en el macizo de los Cairgorms, en las tierras altas de Escocia. Se mimetizan tanto con las rocas que casi las tienes que pisar para que se muevan y poder localizarlas. Una vez que consigues verlas son de los más tranquilas, ya que confían tanto en su camuflaje que te puedes acercar a distancias impensables para otro tipo de aves o animales en general. En esas tierras altas escocesas pude fotografiar a estos lagópodos de alta montaña en plumaje estival. En Pirineos sin embargo las perdices aun no lucían su plumaje invernal del todo.Fue este pasado mes de mayo en el archipiélago de Svaldbard, en el Océano Glacial Ártico, donde pude fotografiar a placer perdices nivales con su plumaje completamente blanco. La dificultad radicaba en localizar unas aves totalmente blancas en un paisaje completamente nevado. Su costumbre de solearse en las pocas rocas o vegetación que no están cubiertas de nieve, nos ayudó a encontrar varias parejas y poder fotografiarlas. Las fotografías con las perdices totalmente blancas son de este espectacular lugar que traeré a esta sección en próximas entregas.

La perdiz nival es un lagópodo de alta montaña, de unos 35 centímetros de tamaño, y un plumaje variable según la época del año, con tres cambios estacionales. Los pies están recubiertos de pluma blanca que les ayuda a andar sobre la nieve a modo de raquetas. Con sus potentes uñas puede escarbar en la nieve. El macho luce una marcada carúncula o «pestaña» roja sobre el ojo, que destaca sobre todo sobre el plumaje invernal.

Las perdices nivales son una reliquia de las épocas glaciares. Con la retirada de los hielos y las nieves de la última glaciación, su población quedó reducida a los principales macizos montañosos europeos, y a los países escandinavos donde si es bastante abundante. El cambio climático, la caza furtiva y la proliferación de estaciones de esquí en zonas especialmente favorables para ellas, son los mayores peligros a los que se enfrentan. La desaparición progresiva de glaciares y neveros perpetuos hace que su camuflaje blanco no solo no las haga invisibles, sino todo lo contrario, ya que un animal totalmente blanco que se desplaza sobre una ladera desnuda es presa fácil para cualquier depredador.
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