La reina de la noche

La lechuza común tiene un llamativo disco facial en forma de corazón. Es una cazadora incansable de ratones y otros roedores

Javier Valladares
07/07/2022
 Actualizado a 07/07/2022
Lechuza común acechando a una presa
Lechuza común acechando a una presa
Tras un año de paréntesis vuelvo a esta sección con el mismo objetivo, que no es otro que el de dar a conocer un poco más la fauna y la diversidad natural que nos rodea. Y para empezar esta temporada que mejor que hacerlo con la lechuza.

Esta ave tan ligada a entornos urbanos y rurales, ha sido objeto de múltiples supersticiones a lo largo del tiempo. Tras ese «temido» animal, se esconde sin embargo una elegante rapaz nocturna con un inmaculado plumaje blanco. A plena luz del día, o como es el caso bajo la luz del flash, podemos ver unos tonos crema y un moteado en el pecho. Llama la atención el disco facial en forma de corazón. La envergadura ronda los 35 centímetros, y con las alas abiertas puede llegar al metro de longitud.Suele pasar el día en ruinas, viejas construcciones, desvanes, etc. Cualquier sitio oscuro y protegido que la permita evitar la luz diurna. Mi amigo Pepe Ureta tiene una lechuza desde hace años en el desván de una vieja construcción anexa a su casa.Por la noche, con la oscuridad se comporta como un auténtico fantasma, volando en absoluto silencio. Caza principalmente roedores a los que busca volando a baja altura o desde un posadero, sobre todo en zonas abiertas, aunque también caza ratones dentro de pajares o viejas construcciones.

El chillido de la lechuza tiene buena parte de la culpa de ese pasado esotérico o ligado a la brujería, ya que es ciertamente escalofriante, ya que asemeja a un grito lastimero un tanto estridente.

Entre los meses de marzo y octubre la lechuza común cría una, dos y hasta en casos excepcionales tres veces. Los pollos de lechuza son de todo menos guapos, y si tienes la suerte de que aniden bajo tu tejado podrás comprobar además lo ruidosos que pueden llegar a ser.

Las fotos de este articulo han sido realizadas gracias al tremendo trabajo de Fernando Sánchez de Hides del Tietar, que ha conseguido que sea una tarea sencilla fotografiar a esta escurridiza ave nocturna.
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