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La reflexión del alcalde

20/02/2022
 Actualizado a 20/02/2022
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Nadie. Ningún partido, hasta la fecha, se ha pronunciado sobre lo que han supuesto, en clave municipal, las recientes elecciones autonómicas de Castilla y León. Bueno, todos no. Hay uno que sí. El alcalde de León. Pero (casi) a título personal. José Antonio Diez, socialista por genética heredada, ha sabido leer, en un análisis a vuela pluma, que el sentimiento de lo leonés y lo leonesista –que acabará fundido en uno solo– va a más. Que las urnas hablaron y que si en unos comicios ‘generales’ en el territorio birregional la Unión del Pueblo Leonés ha dado una gran zancada –un magnífico brinco con resultado de diploma–, cuando toque volar en el triple salto de los sufragios locales es posible que asegure la medalla. Y para ello solo falta poco más de un año. En concreto, en mayo de 2023.

Es lo que deberían reconsiderar tanto el PSOE como el PP –Vox camina ajeno al mapa autonómico–, a los que las mesnadas y los seguidores de Luis Mariano Santos, el feliz y reelegido líder, amenazan con rebajarles la tontería. Y es natural. Tanto en la capital como en buena parte de la provincia la gente se ha pronunciado con contundencia incontestable. Y las dos grandes organizaciones… ¿por la pata abajo hasta las canillas?

Diez, refiriéndose a los suyos, ha dicho que los números son los suficientemente claros como para que sepan –y es textual– «hacia dónde tenemos que caminar como Partido Socialista». Él, desde luego, lo sabe. Al dedillo. Quienes no, aquellos que manejan los hilos de la organización, convencidos de que todo el monte es orégano porque son los más y los mejores. Y, erre que erre, continúan negando la mayor y eludiendo que una pletórica UPL se ha llevado el gato al agua y las papeletas de unos y de otros –sociatas y peperos–, a los que, por encima de ideologías o tendencias, les ha podido el amor a la tierra.

A principios de julio, Luis Tudanca, el gran damnificado –se diga lo que se diga– de las elecciones le precisaba a José Antonio Diez, incluso con tono amenazante (políticamente hablando, claro), que «el PSOE está donde ha estado y estará siempre», rechazando así una hipotética autonomía leonesa y, a la vez, menoscabando las aspiraciones, en este sentido, del alcalde de la ciudad. Y váyase usted a freír espárragos, le faltó decir al ‘laureado’ político. Muy cojonudo todo. Y ahora, qué. Por cierto, Tudanca había dejado entrever la noche del 13-F que se iba. Cambió de opinión. Normal. En España ese verbo, dimitir, no lo conjuga ni dios. Con minúscula.

Y, por último, si el PP de León actuara en este asunto con igual displicencia que el PSOE –que es lo más fácil, también le llegará la garlopa. Que lo estudie a fondo el presidente, senador y alcalde de Almanza.
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