"La puerta de entrada de la minería del oro fue Jamuz"

El leonés Javier F. Lozano y un equipo de científicos de las universidades de Cantabria y Salamanca acaban de publicar un importante trabajo en el que ponen en valor la comarca de Jamuz en la historia de la minería romana

Fulgencio Fernández
28/03/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Las especiales características del terreno en la comarca de Jamuz llamó la atención de los investigadores. | J. FERNÁNDEZ LOZANO
Las especiales características del terreno en la comarca de Jamuz llamó la atención de los investigadores. | J. FERNÁNDEZ LOZANO
Un equipo multidisciplinar de geólogos e historiadores de las Universidades de Cantabria y Salamanca —con el activo geólogo leonés Javier Fernández Lozano entre ellos— ha descubierto la presencia de un complejo minero de época romana que marcó el inicio de la explotación sistemática de depósitos auríferos en el noroeste español, y que no se encontraba en los lugares más investigados hasta ahora: el valle del Jamuz. «Efectivamente, no había trabajos descritos en esta zona de León», explica Fernández Lozano, quien recuerda que «desde pequeño siempre tuve una especial fascinación por acercarme a ver los cortados que veía desde la carretera. Siempre me llamó la atención su intensa coloración, como a cualquiera que se adentre en el valle». Y esta inquietud desembocó en una realidad: «Hace unos años, realizando un trabajo geológico para una empresa de la zona, tuve la oportunidad de mirarlos con más detalle. Lo primero que me llamó la atención fue la gran cantidad de estanques y fuentes que había dispersas por todo el valle.

Visitando algunas de ellas, me di cuenta de que estos estanques no llevaban el agua a ningún campo de labor, sino que dirigían el agua hacia los cortados del valle. Además, en algunos casos, al pie de los mismos, en el valle había depósitos de murias» por lo que las evidencias aconsejaban una investigación a fondo, el uso de cartografía permitió a los científicos localizar las zonas de explotación minera, sobre las que se llegaron a prospectar hasta 300 kilogramos de sedimento para la extracción de oro a la batea. El estudio se completó con la cartografía geomorfológica, que permitió identificar la transformación del paisaje como consecuencia de las labores romanas. «Pudimos observar elementos del paisaje relacionados con los cambios producidos por la actividad humana, como la agradación de los valles y la ampliación de las zonas inundables...».

Las prospecciones empezaron en Jamuz, y en la Valduerna adquieren una entidad importante  Recuerda Lozano que hasta ahora, esta zona de León había recibido escasa atención desde el punto de vista minero, pasando desapercibida por su tenue topografía, que constituye una extensa llanura elevada al pie de los relieves de la Sierra del Teleno. Sin embargo, los depósitos que forman el valle del Jamuz y la zona baja del Eria ocupan grandes extensiones y rara vez superan los 950 metros de elevación. Debido a su gran extensión y a la ausencia de ríos importantes de donde extraer suficiente agua para el desarrollo de las labores mineras, el método utilizado por los romanos para la extracción aurífera consistió en la puesta en funcionamiento de un sistema consistente en el uso de grandes estanques para el acopio de agua y canales que suministraban el líquido elemento a las explotaciones. «Al igual que el Jamuz, el bajo Eria desde Pinilla de la Valdería hasta Zamora está completamente surcado de explotaciones mineras. Estamos hablando de miles de hectáreas trabajadas para la extracción del preciado metal».

Y estas investigaciones han llegado hasta la revista internacional Journal of Archaeological Science: Reports, que revela cómo fueron los inicios de la minería aurífera romana en el noroeste español y el papel que jugó el ejército romano en el control y administración de las explotaciones mineras en el occidente leonés. «La baja ley de oro que presentan los depósitos prospectados (~32 mg/m3), junto con la enorme dispersión y pequeño tamaño de las explotaciones sugiere que las explotaciones del suroeste leonés no comenzaron en la Valduerna, sino en el Jamuz, a partir de pequeñas prospecciones que dirigieron la búsqueda hacia las zonas altas de los valles próximos (Eria y Valduerna), donde las explotaciones adquieren una entidad importante. Este complejo aurífero es considerado como uno de los más importantes de Europa en época romana», concluyen los científicos que firman este reportaje, fruto de la investigación.

Para Javier Fernández Lozano el éxito de trabajo de este tipo reside «en las personas que están por detrás. Contamos con un equipo multidisciplinar de geólogos, historiadores y expertos en teledetección y nuevas tecnologías. Todos ellos desde su parcela científica ofrecen piezas de información que permiten recomponer el puzle de la minería aurífera romana en la zona.El mérito está en poder hacer ciencia al más alto nivel, sin apenas financiación. Hoy en día los jóvenes investigadores españoles, gracias más al ingenio que a las ayudas, estamos consiguiendo alcanzar el mismo nivel respecto a otros países que invierten mucho más en ciencia, como Estados Unidos, Alemania...».

Y no duda en lanzar un deseo, que « algún día, universidades y administraciones, valoren el esfuerzo que realizamos para estudiar y acercar la ciencia. Queda mucho camino por recorrer y esperemos que el futuro devenga en un mayor interés y una salvaguarda de los jóvenes científicos, más apreciados en el extranjero que en nuestro propio país».
Un deseo muy necesario pues el investigador leonés se muestra convencido de que quedan muchos nuevos descubrimientos por hacer. «La investigación sobre el oro en León tiene mucho que aportar, pero no sólo a nivel arqueológico o histórico, sino también a nivel geológico. Seguiremos trabajando en la zona para conocer mejor todo lo que estos valles guardan y sobre todo, en acercar su historia a todo aquel que desee conocerla. En abril acudimos al Congreso Internacional más importante de Europa, el EGU2019, que tendrá lugar en Viena».

Este interés en dar a conocer esta riqueza de la que habla Javier Fernández Lozano camina en paralelo a la necesidad de convertir este activo en nuevos incentivos y alicientes de todo tipo para comarcas como Jamuz, la Valduerna, Cabrera... «Estos pueblos tienen mucho que aportar. Lo más importante es la movilización social. Hay muchas cosas que se pueden ir haciendo, con muy poca financiación, pero que permiten dar grandes pasos. Todo depende del interés de la administración en potenciar el entorno, valor por sí mismo ya tiene, pues hablamos de historia, arqueología, naturaleza, paisaje, etnografía, geología… sólo lo apreciaremos, cuando lo hayamos perdido todo».

Todavía estamos a tiempo.
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