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La psicopatía en la empresa

05/04/2023
 Actualizado a 05/04/2023
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Nuestra sociedad burócrata, urbanita, gibarizada y de capa caída, demuestra tener una afición desmedida a incrementar el catálogo de sus suicidios.

A la serie de anomalías democráticas que le van saliendo en su fina piel social debemos añadir una más, por cierto que ahora está de moda y que surge de lo más profundo del poder económico de las macroempresas y que se va extendiendo como tinta de calamar porque afecta después a todos lo que tienen que soportar el ejercicio profesional de los ‘tiránicos jefes’ del entramado empresarial que es el escalón oculto del poder que se extiende por la superficie terrestre como setas después de la lluvia fina primaveral.

Vamos a la cuestión de fondo. Recientemente en un artículo de ABC Empresas, 19-02.2023, Jhon Muller, abordó este tema de ‘psicopatía corporativa’ que tiene un interés evidente y que supone, hasta este momento algo que se produce en las relaciones laborales, organizativas de las empresas y en cualquier actividad en que haya una dependencia de personas que rigen los destinos de unos objetivos comerciales, industriales o de cualquier otro tipo.

Este un asunto preocupante que se relaciona con campos de investigación de la psicología, criminología, medicina empresarial, economía conductual.

Se trata del comportamiento que tienen ciertos directivos de empresas o entes públicos o privados, con los miembros del equipo de trabajo, con sus propios homólogos o con aquellos que se derive una relación frecuente para resolver asuntos de gestión.

Algo tan sencillo como la organización, programación de actividades, relaciones pública o personales y resolución de problemas demostrando empatía, cercanía a la vez que firmeza en la solución de lo que se propone sin acudir al deterioro del subordinado, cliente u otro cargo dentro de la organización del órgano correspondiente.

Existen ya estudios psicológicos que demuestran el interés que despierta lo que se puede denominar ya «el estudio del impacto de los psicópatas corporativos» y que según las conclusiones de todos los estudios dicen que los resultados «pueden ser devastadores para las empresas y la economía».

El problema es que la conducta del todopoderoso jefe, el sujeto corporativo mencionado, que no tiene filtros ni controles, afecta personas que están bajo su área de influencia y a los que padecen sus decisiones. Por ejemplo, Bernard Madoff que defraudó 65.000 millones de dólares se considera como un «psicópata financiero».

Los detalles que definen la psicopatía corporativa son la mentira, ausencia de remordimiento, negación de responsabilidad, aspectos que recoge un informe sobre los ejecutivos de Enron cuyo líder máximo es Kennneth Lay. Lo mismo se puede observar en Bernie Ebbers, consejero delegado de Worldcom, un empresario hotelero que después actuó en el sector de las telecomunicaciones, se arruinó en 2002 y fue condenado a 25 años de cárcel.

Los rasgos significativos del psicópata son la ausencia de remordimientos, egocentrismo, falta de empatía, manipulación de los sentimientos de los demás, mentira, ausencia de emociones, capacidad de disimulo, engrandecimiento propio.

Jhon Muller afirma: «El psicópata corporativo es especialmente destructivo porque su capacidad de engaño y la falta de remordimientos suele ser funcional con las exigencias de las empresas. Escalan en ellas aprovechando su capacidad de manipular. Se convierten en buenos tomadores de las decisiones difíciles gracias a su falta de empatía y de experimentar emociones».

Así,podemos concluir con la afirmación de que en esta sociedad existirá cada vez más este tipo de sujetos en la proporción directa en que los cimientos de la formación humanística y moral de la sociedad está siendo desmantelada paulatinamente y con la pasividad y manipulación del pensamiento de la mayoría social actual.
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