La prostitución de la ley

La ley es una preciosa herramienta, muy necesaria para que en la sociedad haya justicia y orden, para evitar el caos y no tener que ver que elmundo se convierta en una ciudad sin ley. Sin embargo, a veces resulta vomitivo tener que escuchar que las leyes se han hecho para cumplirlas. Y esto por la sencilla razón de que hay leyes injustas e inmorales que uno no tiene por qué cumplir. Supongamos que los legisladores determinan que es legal el robo o el asesinato y que, sin nos roban o intentan matarnos, no tenemos derecho a defendernos. Alguien dirá que esto es imposible que suceda, pues va contra el sentido común y contra la ley natural. Pero no solamente es posible, sino que se da en la realidad.

Los españoles somos testigos de cómo se están cambiando las leyes para favorecer a los delincuentes. Así tenemos los casos recientes de las nuevas leyes sobre sedición, malversación, ‘okupación’ de viviendas… Y no digamos el hecho de imponer por ley lo que tengamos que pensar o recordar, pues no otra cosa son las leyes de Memoria histórica o Memoria democrática. Y a veces algunos somos, o más bien son, tan imbéciles que tragan todo por eso de que hay que cumplir la ley, cuando esta es absurda e injusta, cuando algunos legisladores son auténticos proxenetas de la ley, porque la prostituyen, la degradan.

No olvide el pueblo español que hemos entrado en una dictadura y en una tiranía mucho más seria de lo que se podría imaginar. Nuestros gobernantes se han apoderado de un tribunal, el Constitucional, que hará inútil el esfuerzo de nuevos legisladores que quisieran acabar con estas leyes absurdas e inmorales.

Pero el caso más sangrante es el de la ley que permite, y fomenta, la destrucción de vidas humanas inocentes e indefensas en el seno de la madre. Matar inocentes se ha convertido en un derecho. Y aquí no solamente son proxenetas de la ley los actuales gobernantes, sino también el principal partido de la oposición que por cobardía o por ignorancia, por querer arañar unos votos de la izquierda, piensa que el ser humano no tiene derecho a vivir los primeros días de su existencia.Y todos tan tranquilos, como si no pasara nada.

Y esto no es una cuestión religiosa, sino ética y moral, de derechos humanos. Defender la vida humana no es de fachas y destruirla no tiene nada de progresista. La Conferencia Episcopal se ha pronunciado contra esta barbarie, aunque nadie les haga caso. En realidad debería decir que en conciencia no se puede votar a quien no defienda la vida humana en todas sus etapas.