26/05/2021
 Actualizado a 26/05/2021
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Me produce vértigo la profecía de Pedro Sánchez, pronosticando cómo será España en el año 2050. Sea como fuere, muchos de los españoles no lo podrán criticar, ni comparar con otros tiempos pasados de nuestra historia, porque ya estaremos fuera de este mundo. Aunque teniendo en cuenta la deriva por donde nos conduce su gobierno, es posible que España se haya volatilizado. Pero veamos.

Una evidencia: El hambre de poder de Sánchez. De zafarse de los problemas serios, dejándolos en manos de inútiles bien pagados o en manos de las autonomías que, haciéndose cargo del marrón, se sienten más importantes. También está, su gusto por la fuga y los viajes a cargo del erario.

Una suposición: Su aversión a la monarquía; su afán de rodearse de incondicionales; su habilidad de domesticar al enemigo, con cargos y dinero. Su objetivo, declarado por él mismo y su partido, es la pretensión de convertir a España en una república federal. Una vez desmembrado el país, no habrá cuestión separatista. Y él ¿qué ganaría si eso llegara? La respuesta es fácil, ostentar la presidencia de la supuesta III república bolivariana que podría acabar como la II.

Volviendo al principio, el paso del tiempo es relativo y, en el escaso o largo periodo de este gobierno en el poder, ha tenido tiempo suficiente para pervertir la Justicia, los registros civiles, la educación, la economía, la integridad del territorio y la salud. Siendo ésta la más preocupante y el peor desastre.

De momento, su pésima gestión de la pandemia, delegada a ineptos y mentirosos (Illa con sus expertos y Simón con cuatro casos, a lo más) se ha llevado a 123.786 víctimas. Según la Universidad de Washington (que opera en León). Si en el principio fue mal, cuando estalló en Italia, sin control alguno, ni toma de fiebre, ni test, ni nada... los viajeros entraban por el aeropuerto, los virus... acompañando a las personas por la puerta grande. Un recibimiento que no tiene parangón con el que Ávalos le brindó a Delcy de tapadillo.

Pero hoy día, cuando varios países europeos controlan rigurosamente el acceso del exterior, como Portugal y Alemania, aquí se sigue con la misma política de barra libre que, obviamente, tendrá sus consecuencias.

La fantochada del 2050, me ha hecho recordar, rebuscando en la discoteca, una antigua grabación de Zager y Evans. Un antiguo dúo, cuya creación más conocida era ‘En el Año 2525’. Es completamente escatológica y escalofriante, que describe el proceso del mundo, en el 2525, 3535, 4545, 5555... hasta el día del Juicio Final. Dice cosas como: «Si el hombre sigue vivo, si la mujer sobrevive, se encontrarán». «No tendremos nada que masticar». «No voy a necesitar decir la verdad, ni mentiras. Todo lo que piensas, haces y dices está en la pastilla que tomaste hoy».

Mucho me temo que Sánchez se haya inspirado en esta canción, por su obsesivo discurso de «vacunación, vacunación y vacunación». Unas vacunas de las que poco o nada sabemos, pero constituyen la tabla de salvación de este gobierno. Todo son especulaciones que responden más al rendimiento económico y político.

«La verdad os hará libres» –dice el Evangelio– libres del miedo y del autoritarismo, que nos encierra, nos manipula, nos vigila y arruina a la gente honrada, que sólo quiere salvar la vida. Pero, como dicen Zager, Evans, Murphy o cualquiera que conserve el sentido común, lo peor está por llegar. «Cualquier tiempo pasado fue mejor». Ayer lo dijo Jorge Manrique y hoy lo canta Carlos Goñi, de Revolver.
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