La problemática del lobo, "debe ser responsabilidad de la sociedad, no de los ganaderos"

La Asociación de Ganaderos Montaña de León convocó en la localidad de Pobladura de Luna una reunión informativa para los ganaderos y las personas afectadas por la Ley de Protección de Lobo, que se encuentran catalogados en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE). De este encuentro, que se prolongó durante horas, los asistentes sacaron varias conclusiones que han sido plasmadas en un documento en el que señalan que «los ganaderos de la cornisa Cantábrica, tanto de Castilla y León, como de Asturias y Cantabria, se encuentran en una situación de desesperanza y abandono desde el punto de vista laboral, ya que, a todas las otras trabas que encuentra en la actualidad el sector, hay que añadir la problemática que estos ganaderos acarrean debido a la existencia, en estas zonas, de lobo ibérico».

En este sentido, detallan que tanto los ganaderos actuales como aquellos que les precedieron, han coexistido con el lobo, pero que actualmente «tanto la presencia de este depredador, como la cantidad y crudeza de los ataques, se ha intensificado, provocando unos costes inasumibles por parte de los profesionales del sector».

Continúan el documento argumentando que desde la inclusión del lobo ibérico en el LESPRE, «se ha convertido en ‘especie no cinegética’, pero ahora, a la conclusión a la que se llega es que el lobo tiene que ser responsabilidad de toda la sociedad, no solo de los ganaderos, por lo que, tanto la administración central como las autonómicas tienen que poner de su parte para su conservación».

Por todo lo expuesto, de la reunión celebrada en Pobladura de Luna, salieron una serie de conclusiones y peticiones por parte de los afectados, como el pago de los daños producidos por el depredador en los años y zonas en los que se abonaban dichos daños, ya que estos pagos se retrasan, incluso hasta tres años. Otro punto relacionado, se centra en que ahora los responsables de esta especie son las administraciones, y por tanto, los daños que el lobo cause en la actualidad deberían ser abonados al ganadero independientemente de la zona en la que desempeñe su trabajo, en un plazo no superior a tres meses, así como revisarse el sistema de valoración de daños. Siguiendo este hilo, otro de los argumentos apunta a la necesidad de subvenciones al sector primario para los ganaderos que realizan su actividad dentro de zonas loberas a través, por ejemplo, de la cantidad que se recibe por zonas desfavorecidas.

Otro de los puntos tratados, y esta vez dentro de la PAC, indicando que una contraprestación sería valorar con entre uno y tres puntos en las subvenciones a aquellos ganaderos con una explotación en zona con ataques de lobo. También consideran necesarias actuaciones por parte de los servicios de Medio Ambiente, tanto centrales, como de la Junta de Castilla y León.

Entre las medidas propuestas, se habló de una necesaria una actualización del censo de lobos, así como la elaboración de un mapa de conflictividad, para que todas las partes puedan saber en qué zonas hay que poner especial atención a la hora de las actuaciones.Asimismo, y debido a la dificultad que encuentran los afectados por ataques a la hora de la comunicación de los daños, se solicita la creación por parte de la Junta de una centralita en la que se recojan las comunicaciones de ataques y estas queden grabadas para que no se incumplan los plazos. Otra de las medidas que consideran necesarias es la ampliación, en las zonas de especial incidencia, de la posibilidad de realizar desbroces y quemas controladas.

Finalmente, apuntan que «una de las medidas que debemos tomar los ganaderos para defender nuestras ganaderías del lobo es la tenencia de perros, tanto mastines como careas, lo que acusa un agravio comparativo respecto a otras ganaderías que desarrollan su trabajo en zonas donde el lobo aún no ha llegado, por lo que creemos que las administraciones deberías de contribuir al mantenimiento de esos perros», en referencia a alimentación, vacunas, etc.