noemi4.jpg

La prédica y el trigo

16/06/2018
 Actualizado a 16/09/2019
Guardar
Dice mi compañero de almohada que soy muy refranera y, al menos en lo que a él le toca, debe de ser verdad porque cada dos por tres le salgo con algo nuevo. «¿Y ése, de dónde lo has sacado?», pregunta. No sé qué responderle, porque los refranes acuden a mí como una lluvia y está claro que cuando oigo uno se me queda pegado con Imedio. Tenía un profesor que decía que usar muchos refranes era pereza mental, pero no estoy muy de acuerdo. No es por no pensar, a veces se trata sólo de economizar argumentos y ahorrar saliva.

Uno de mis habituales, y con el que nos pueden pillar a todos, es el que dice que «una cosa es predicar y otra, dar trigo». Y es cierto, porque el trigo lleva su trabajo: hay que sembrarlo y recogerlo, mientras que hablar es tan fácil como abrir el pico. No debería ser así, pero lo es. Las palabras valen mucho pero, por sí mismas, no cuestan nada.

El caso de los inmigrantes del Aquarius ha demostrado que, cuando se quiere, se puede dar trigo. El único valor del trigo es el mantenimiento de la vida y salvar más de seiscientas no es poca cosa.

Hay dos decisiones del nuevo gobierno esta semana que merece la pena aplaudir -y, ojo, que lo bueno que tiene el aplauso es que enseguida se acaba y se vuelve a mirar la representación-. La primera, acoger a las seiscientas personas del Aquarius, que llegarán mañana a Valencia; y la segunda, volver a restituir la sanidad universal, que permitirá a las personas en situación irregular acceder a la atención sanitaria. Yo pago esa sanidad, es mi trigo y tu trigo, y quiero que sea así. Para estas cosas y otras está además la casilla de fines sociales en la declaración de la renta.

Y más trigo: el que dan las organizaciones como Médicos sin Fronteras, que han rescatado a las personas del Aquarius. Cuando nos preguntemos cómo ayudar, cómo dar trigo, pensemos en estas organizaciones. Dentro de algunos meses cumpliré una década como socia de MSF y os juro que nunca he sentido mejor empleado el metal y el papel que llevo en la cartera. Que cada cual elija la organización que quiera o la forma de ayudar que pueda. Si podemos dar trigo, no nos quedemos sólo en la prédica.
Lo más leído