La poesía como reducto de libertad

Ángeles Basanta no se considera una persona localista, defendiendo que lo más interesante es mantener "una visión abierta y desprejuiciada"

Mercedes G. Rojo
23/06/2020
 Actualizado a 23/06/2020
La poeta y escritora Ángeles Basanta.
La poeta y escritora Ángeles Basanta.
La poesía más que una pasión, que lo es, también es un refugio de la inteligencia...» (Ángeles Basanta. Poeta)

Nació en 1964, en Bembibre, y se descubre escribiendo sus primeros poemas con apenas trece años. De su trayectoria literaria podemos destacar un premio nacional en 1993 por su primer libro ‘Poemas de la inexperiencia’ (1994), al que seguiría ‘Tan solo un gesto’, finalista del Premio Adonais, 2000 –prologado por Antonio Colinas–; y el más reciente de todos, ‘Arde la zarza’ (2009). Hablamos de la poeta Ángeles Basanta Fernández, también profundamente ligada a la propia ciudad de León, donde ha vivido y estudiado en distintas etapas de su vida. A pesar de la relación que la une con el Bierzo, tierra de la que es natural y en la que conserva amigos y familiares, no se considera una persona localista, defendiendo que lo más interesante siempre es mantener «una visión abierta y desprejuiciada» que permita una relación fluida entre lugares y comarcas, aunque sin olvidar que «todo congreso, ponencia, estudio histórico viene bien siempre» para conocer lo que está ligado a los mismos.

Aunque fundamentalmente conocida por su poesía, parte de ella recogida en los poemarios mencionados así como en varios libros colectivos en los que aparece, Ángeles Basanta no es mujer de un único camino literario, al igual que no lo es en su camino profesional que la ha llevado por el mundo del periodismo con colaboraciones en diversos medios tanto provinciales como nacionales –fruto de su formación como licenciada en Ciencias Sociales y de la Información–; el de la docencia en Lengua y Literatura e incluso en el mundo de la publicidad. Volviendo a lo literario hemos de decir que, aparte de algún trabajo de investigación, «además de la Poesía, con mayúsculas, me interesa el ensayo, el relato y la novela de ficción»; de hecho sus dos últimos trabajos publicados, ambos en la revista literaria ‘Epicuro’, son dos relatos bastante inquietantes en los que hay una fina línea entre la realidad que conocemos y la que podría estar acechándonos tras cualquier esquina, aspecto que enlaza muy bien con los inusuales momentos que estamos viviendo. Reconociendo que «cada andadura literaria tiene sus propias dificultades» señala que hay que mantenerse independiente, sin ataduras a una en especial que impida avanzar por otras diferentes, pues es el conjunto de ellas lo que nos permite crecer. En su caso, por ejemplo, ahora mismo y a pesar del mucho trabajo que la mantiene atada a sus obligaciones laborales, le encantaría reunir un buen grupo de relatos que ofrecerle al público lector.

A. Basanta se considera una «poeta comprometida con la sociedad de su tiempo y convencida de que cualquier aspecto, tema u objeto puede convertirse en poesía» si la mirada y la forma con que se perciben, se abordan y se plasman los asuntos gozan de la suficiente sensibilidad y emoción como para hacérsela llegar a los posibles lectores. Sin embargo siente que vivimos en un mundo en el los distintos aspectos de la literatura se han infantilizado bastante, en el que «necesitamos mucha más cultura y educación, leer, leer y leer y no tener prejuicios», que son precisamente los que nos impedirán «crear personajes interesantes». Cree que «toda vida es literatura, (que) todas las personas y experiencias (lo) son», y en ese contexto «la mujer, en general, y algunas en particular, podemos aportar (porque) tenemos mucho que contar», como de hecho hemos aportado ya, y mucho, en todos los órdenes de la vida.

Emocional y principalmente conectada con el mundo poético, considera la Poesía como «un reducto de libertad» que no es capaz de definir, un espacio habitado por poetas que, como el resto de las personas, salen directamente de la sociedad en que viven, y que en muchas ocasiones pueden hacer de la palabra –cuando ésta es el «lenguaje directo del alma o de la conciencia»– la mejor arma. A Ángeles B., que considera que «no siempre los poetas son personas muy profundas e introspectivas de sí mismas y la vida, preparadas e inteligentes, porque hay también quienes no lo son», de entre sus poemas le interesan principalmente los más elaborados, que reconoce son bastantes, aún cuando tema que para aquellos lectores poco atentos, sin referencias culturales adecuadas, el sentido del verso se les escape entre los dedos; algo, por otro lado, no necesariamente imprescindible, pues a sabiendas de que si «cada autor es un mundo, cada lector, (es) otro», hace válidas todas las lecturas porque «la coincidencia o no de sentido se da en todos los órdenes de la vida». Y en este aspecto reconoce que «la mayor emoción se produce cuando conectas con una persona que sabe captar lo que quieres transmitir».

Sin espacio ya para continuar, quiero acabar este recorrido con unos versos de un poema inédito dedicado a su padre, persona a la que ha admirado profundamente, extraídos de una entrevista para la revista Arena y cal. Espero que los disfruten:

«Los maestros antiguos/
se inspiraron en mi padre,/
en la carne de mi padre,/
el cadáver de mi padre./
Llegaron despacio,/
como ángeles salidos del fulgor/
de una lámpara antigua de mesilla,/
me miraron, transparentes,/
tomaron los pinceles,/
e inventaron los colores (…)»
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