‘La Pasionaria’ de La Robla

Isabel Cardeñosa no dudó primero en ir a luchar en el frente, en Llombera, y durante toda su vida en defender su condición de republicana con pasión. La bautizaron como ‘La Pasionaria’ de León y su hija Violeta recuerda a esta luchadora

Fulgencio Fernández
18/04/2021
 Actualizado a 18/04/2021
Isabel regresó a los montes de Llombera, donde estuvo en la guerra, para la exposición ‘Mujeres en conflicto’. | J.M. LÓPEZ
Isabel regresó a los montes de Llombera, donde estuvo en la guerra, para la exposición ‘Mujeres en conflicto’. | J.M. LÓPEZ
Isabel Cardeñosa, La Pasionaria deLeón, es un nombre que aparece con frecuencia en actos relacionados con actos vinculados con la República, homenajes a fallecidos, pero muy poco se ha escrito sobre ella y, seguramente, muy poco se sabe de ella, pese a haber fallecido en el año 2008 en la residencia de ancianos de Vegacervera y ser esparcidas sus cenizas en el paraje que ella eligió, El Rabizo de su pueblo (La Robla), donde sabía de la existencia de una fosa común de fusilados republicanos.

Isabel había nacido en 1915 en La Robla, donde ya no le queda familia directa. Parte de su familia —su cuñada y su sobrino el periodista y dramaturgo Nicanor Cardeñosa, entre otros— emigraron a Cataluña y su hija Violeta, de 83 años, lleva mucho tiempo viviendo en Francia, tanto que durante la conversación reconoce que a veces ya le cuesta expresarse en castellano pues «pienso en francés».

Es ella, Violeta, quien en esta semana en la que se cumple el aniversario de la República, nos recuerda «encantada» la figura de su madre; de la que reconoce que se ha escrito y hablado muy poco. «Yo solo conservo un recorte de La Crónica de León de 2008, cuando falleció, que se titula ‘Las cenizas de la última republicana junto a sus compañeros’; en referencia a que, explica el subtítulo, ‘Isabel Cardeñosa pidió a su familia reposar en el paraje del Rabizo’. Y no creo que se haya publicado mucho más pues me lo hubiera enviado mi sobrino Nicanor».

- ¿Crees que es exagerado o un poco tópico que le llamaran a tu madre La Pasionaria de León?
- A ver, son nombres que se ponen pero, en el caso de mi madre, no me parece una exageración. Se lo pusieron porque, como Dolores Ibarruri, no dudó en irse al frente. Mi madre estuvo en los montesde Llombera, que fue donde conoció a mi padre. Y si se pudiera hacer un juego de palabras y pasionaria pudiera referirse a la pasión con la que defendió a la República y a las ideas republicanas entonces sí te digo que lo merecía pues jamás renegó de ellas, las defendió con evidente pasión... tanto que cuando yo ya era mayor era quien le pedía que se callara, que no hablara de política pues se la jugaba.

Isabel Cardeñosa había nacido en La Robla en el año 1915, tenía poco más de veinte años cuando estalló la guerra civil y su hija cree que las ideas republicanas no las había ‘mamado’ en la familia, o no solo. «Isabel siempre hablaba de un personaje fundamental, un recordado veterinario de La Robla, don Antonio, de conocidas ideas izquierdistas, con el que hablaba mucho y a quien escuchaba con devoción».

Y así fue cómo aquella joven roblana no dudó en sumarse a la defensa del Gobierno de la República y se sumó al frente en los montes de Llombera (en el Ayuntamiento de La Pola de Gordón), donde conocería al que después sería su marido y padre de Violeta. «Cuando la situación se complicó y cayó este frente mi madre y mi padre huyeron primero a Gijón y desde allí a Burdeos. Con posterioridad, ya en el año 37, regresaron en trenprimero a Barcelona y finalmente a Valencia, que es donde Largo Caballero había trasladado el Gobierno de la República».

Posteriormente tuvieron que separarse y mientras el padre de Violeta regresó a Francia su madre, Isabel, regresó a La Robla y sufrió la represión. «Primero fue trasladada al calabozo de Pola de Gordón y finalmente a la cárcel de mujeres de Amorebieta. Yo era un bebé —nació en 1938— y también estuve en aquella cárcel con ella;lo que pasó mi madre lo puedes imaginar».

Cabe recordar que aquella Prisión Central de Mujeres de Amorebieta, que era su nombre oficial, formaba parte del circuito de cárceles de mujeres creadas por el franquismo, pero en este caso de especial dureza, hasta el punto de que era conocida como «el cementerio de las vivas».

Tal fue el horror que se debió vivir allí que la historiadora Ascensión Badiola denuncia que «los registros de esta cárcel, las fichas, los expedientes, han desaparecido o están ocultos» y habla en su libro ‘Individuas peligrosas’ de personajes como «la monja mala a la que apodaban la guadaña; la monja buena, que hacía de Celestina entre los militares que custodiaban el exterior y las reclusas, el capellán Leandro Echevarría, al que tachan de demonio lujurioso o la superiora, Simona Azpiroz, que dirigió la cárcel con mano de hierro».

Cuando fue liberada Isabel Cardeñosa regresó a La Robla, con su hija y su familia. Violeta recuerda que no era nada fácil la vida para ellos en la posguerra. «Yo sé perfectamente lo que es vivir con miedo; ver cómo se hacía el silencio cuando entrabas en un bar, cómo se hablaba de la familia de ‘los rojos’ pero, cómo he dicho, mi madre jamás renegó de sus ideas, todo lo contrario, las defendía de manera apasionada. Recuerdo que fue a Gijón para participar en un homenaje que le hicieron a las Brigadas Internacionales o que, ya con 90 años cuando estaba en la residencia de Vegacervera, se desplazó a Madrid para dar allí una conferencia».

Y pidió que sus cenizas se lanzaran al viento en el Rabizo, allí donde había una fosa común de fusilados republicanos, sus compañeros. «Curiosamente, el día que fuimos a cumplir su deseo de dejar allí sus cenizas para siempre estaban exhumando la fosa común», recuerda emocionada su hija Violeta.
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