La pasión por el deporte

27/07/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Guardar
Desconfío de aquellos deportistas de alto nivel a los que parece que no les gusta el deporte. Por supuesto no es necesario que se pasen el día pensando en ello, pero siendo tan importante como es en él la pasión, chirría escuchar por ejemplo en el último Mundial a jugadores participantes decir que no veían ningún otro partido o saber que alguien que va a disputar la ‘Champions League’ de balonmano no sabe cómo es exactamente el sistema de clasificación.

Por eso, reconozco que me gusta apreciar en las gradas viendo otras disciplinas a gente que vive de este mundo.Culturalistas como Palatsí o Iván González a los que es habitual verles en las gradas del Palacio viendo el Ademar o ademaristas como Jaime Fernández o Mario López que normalmente están en un Reino donde, con su bufanda de la Cultural al cuello, es común encontrarse al ajedrecista Jaime Santos.

Y es que se agradece ver en esos protagonistas un poco de la pasión de sus aficionados. Me venía esto a la mente viendo el otro día a un culturalista de pro como Héctor Viñuela cantar con el Grupo Cañón (metamos aquí una cuña sobre orquestas, como si mi compañero Alfonso Martínez fuera el que escribiera, para decir que bien harían muchos en no mirar siempre hacia fuera de León en su elección para las fiestas cuando hay en la tierra gente como ellos o La Última Legión que les dan mil vueltas a esas con ‘superescenario’). El caso es que, a la hora de dirigirse a la gente, no decía izquierda, derecha o centro, sino tribuna oeste, grada alta, fondo norte o palco VIP.

Obviamente es sólo un detalle, pero refleja cómo muchos seguidores llevan fuera del campo ese ardor que muchas veces se echa en falta en los protagonistas. Y que tanto se estima cuando se encuentra en alguno de ellos.
Lo más leído