08/10/2021
 Actualizado a 08/10/2021
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Cualquiera que haya tenido la suerte de ser padre o madre sabe lo complicado que es educar a unos hijos. Ser firmes por un lado y dar cariño por el otro, mantener las riendas de sus personalidades en construcción y permitir cierta independencia que les haga crecer como personas, darles a elegir por un lado e intentar que elijan lo que crees que es mejor para ellos… Vamos, lo que la nefasta exministra de educación Isabel Celaá diría que es adoctrinamiento doméstico y lo que muchos creemos que es un derecho que tenemos los padres para intentar que nuestros hijos sean gente de provecho.

Pero lo que sin duda es una de las cosas más difíciles para un padre es negarle algo a un hijo. El instinto y el amor a lo que te lleva es a intentar satisfacer todos sus deseos (normalmente materiales) queriendo que tengan acceso a cualquier cosa que se les encapriche, como si por darles algo más vaya a hacer que sean más felices. Sin embargo, paradójicamente, el resultado de malcriar es el contrario, hijos maleducados, caprichosos, sin resistencia a la frustración, que aborrecen todo y a los que se les hace adultos infelices y miserables.

Sin embargo, esos padres que malcrían, a corto plazo, parecen los padres más enrollados del mundo y su fracaso educativo se demostrará al cabo de los años, mientras que los padres más disciplinados parecen unos muermos y unos amargados. Denle a elegir a un niño qué tipo de padres quiere, los que dicen que no o los que dicen a todo que sí. Tengan claro que el niño solo mirará a su satisfacción a corto plazo y se la traerá al pairo su futuro.

Pues algo así pasa con la gestión de gobiernos sociocomunistas y con la gente a la que logran embaucar para que les voten.

Un gobierno que de manera irresponsable busca la satisfacción de los ciudadanos a corto plazo, sin pensar en las consecuencias de futuro, lo que crea es una sociedad maleducada, caprichosa, sin cultura del esfuerzo y a la larga, infeliz y con menos libertad.

La penúltima ocurrencia de Sánchez y sus socios ha sido promover una Ley para regularizar el arrendamiento de viviendas para dar, supuestamente, más facilidades a los jóvenes al acceso a una vivienda, tal como hizo Hugo Chávez en 2011 iniciando el desastre de Venezuela.

También se han sacado de la manga un bono cultural para jóvenes que no deja de ser 400€ para gastarse en ocio y que, mientras juegan a la videoconsola, no piensen en que es probable que no dejen de entrar y salir de la lista del paro toda su vida.

Sin embargo, hay gente (demasiada gente) que, como los niños malcriados, sigue eligiendo la opción de los gobernantes irresponsables, los de los planes ‘E’, los de los bonos culturales, los del derroche, los de pasar de curso con asignaturas suspensas… sin pararse a pensar que por ese camino, el de la paradoja comunista, lo único que tenemos garantizado es la ruina y la miseria de varias generaciones.
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