La palabra poética en el útero de Gistredo

A veces se dan los milagros. Y el pasado sábado se hizo la luz, la luz poética y narrativa en el útero de Gistredo

Manuel Cuenya
15/08/2022
 Actualizado a 15/08/2022
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El pasado sábado se produjo el milagro. A veces se dan los milagros. Y el sábado se hizo la luz, la luz poética y narrativa en el útero de Gistredo, donde los urogallos entonan canciones susurrantes y los osos se asoman al balcón de las ilusiones. O algo tal que así.

El sábado volvimos a reunirnos al amor de la palabra, gracias a cuatro poetas y narradoras y un músico que también amenizó el acto con sus notas y el recuerdo del entrañable amigo escritor Fermín López Costero, al que a buen seguro le hubiera gustado estar presente, y también con la alusión a Mortal y rosa de Umbral, que es una obra sobrecogedora. Gracias José Luengo por tu presencia y tu actuación. Y mi gratitud por supuesto para ti, Noe Alfonso, que nos deleitaste con tu prosa ágil y tus aromas góticos, y para ti, Elvi Martínez Ropero, profesora y poeta y egiptóloga, que nos emocionaste con tus Luciérnagas en el desierto, con tu dulzura y sensibilidad.
Me alegra, gran amiga Raquel Villanueva, que nos hayas obsequiado con uno de tus relatos eróticos. Gracias por tu valentía. Y también mi agradecimiento por supuesto para ti, Conchi González, poeta y narradora de La Bañeza, que nos ofreciste tu lírica sazonada con tu amor por la tierra y tu canto a las mujeres.

Encantado con vuestro estar y vuestro ser ante un público amable y entregado, como suele ser habitual, con la presencia de gente amiga, que siempre está ahí, como vosotros, Ana y Javi, aunque podría mencionar a casi todo el mundo, que estuvo en el encuentro literario, ya el décimo tercero, como Benjamín, Jesús Madero (gracias por tus fotos, que ya me harás llegar), Fernando, Viky, José Manuel, Carlos, Cándido, Domingo y Raquel, Doni, Emilio y Marta, Alberto, Chente, Javi (Xava)...Fina, Elsa...Teresa, Manoli...

Y mi agradecimiento asimismo al ayuntamiento, a ti, Carla, por tu ayuda y colaboración. Tan joven y con tanto mundo interior. Una maravilla. Y a ti, Nuria Rubial (creadora de la ruta El eco de la montaña a partir de algunas obras del amigo escritor Julio Llamazares), que finalmente pudiste estar, avisándome también de que vendría Llamazares a tomarse un vino con nosotros.

Hablamos por teléfono y Julio llegó como una gran sorpresa a Noceda. Nos tomamos algo y cenamos entre risas, sonrisas y recuerdos. Una velada inolvidable.

Me gustó saludar al intrépido Yuma, al que volví a ver recientemente en ese documental bellísimo que es Elogio de la distancia, a través del móvil de Julio.

Con la presencia también de las amigas y hasta alumnas, qué cosas, Laly y Gelines (las gemelar), Nieves, Tránsito y Susan, que hicieron toda una excursión desde la ciudad de León hasta el útero. Con un regreso que al parecer fue puritita aventura. No obstante, antes de que se enrolaran en su aventura, nos dio tiempo a pasarnos por la fiesta.

Cuenta la buena de Gelines que el profesor, "que es tan bueno y responsable, nos llamó a las tres y media o las cuatro de la madrugada para ver si estábamos bien".
Un encuentro y una velada que quedarán grabadas para siempre en nuestra memoria afectiva.

Camino, estuviste presente en mi recuerdo. Siempre con cariño.
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